El Congreso rechaza los objetivos de déficit para 2025-2027 y retrasa los Presupuestos

El Congreso de los Diputados ha rechazado este martes la propuesta de objetivos de estabilidad para el periodo 2025-2027 del Ministerio de Hacienda por el voto en contra de PP, Vox y Junts, pese a las negociaciones sobre la bocina del PSOE.

Los objetivos de estabilidad, también conocidos como senda fiscal, marcan los límites de déficit público que pueden emplear las diferentes administraciones.

Para 2025, el conjunto de las Administraciones tenía un objetivo de déficit del 2,5%, el cual se reducía hasta el 2,1% en 2026. Para 2027, el déficit debía situarse en el 2,7%.

Reparto del déficit

Dentro de esa senda, era la Administración central la que asumía la mayor parte del esfuerzo fiscal, con el fin (según María Jesús Montero, ministra de Hacienda) de dar más margen a las comunidades autónomas.

Para 2025, el objetivo de déficit de la Administración Central se había fijado en el 2,2%, seis décimas menos que en la senda actual. En 2026, se esperaba alcanzar el 1,8%, un punto menos que en el plan anterior, y en 2027, el déficit debía llegar al 1,5%.

En cambio, el objetivo de estabilidad para las comunidades autónomas se había fijado en el 0,1% del PIB para 2025, 2026 y 2027, lo que suponía una mejora respecto a la senda vigente, que contemplaba un objetivo de superávit del 0,1% para 2025 y 2026.

¿Qué ocurre ahora?

El rechazo del Congreso retrasa prácticamente todo el trámite presupuestario. ¿Qué ocurrirá ahora? El Consejo de Ministros debe aprobar, de nuevo, los objetivos de estabilidad (posiblemente serán los mismos ya presentados) en el plazo de un mes, tal y como recoge la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

Después tendrá que volver a someterse a la votación del Congreso… aunque ya no a la del Senado. Justo este jueves se ha aprobado la Ley de Paridad, que incluye que la Cámara Alta ya no tenga capacidad de veto para los Objetivos de Estabilidad del Gobierno.

De esta manera, a partir de ahora, la senda fiscal se tramitará como cualquier otra ley: se tiene que aprobar en el Congreso y luego someterse en el Senado. Si en la Cámara Alta no supera el trámite, será votada, de nuevo, en el Congreso. Pero no podrá ser vetada por el Senado, donde tiene mayoría el PP.

Esto no significa que vaya a tener más fácil aprobarla, como se ha demostrado este martes.