El desplome de la demanda eléctrica y los precios profundizan la crisis energética

Las medidas tomadas para mitigar los efectos de la crisis energética de los últimos años están teniendo un alto costo. La implementación del autoconsumo, el impulso del ahorro y la eficiencia energética, sumado al cierre de industrias y las temperaturas más suaves, están provocando un desplome de la demanda y los precios de la electricidad cuyas consecuencias aún son inciertas.

La caída de la demanda y los precios

Según un informe del Grupo ASE, el consumo de electricidad ha retrocedido a niveles de hace 20 años. En lo que va del año, ha caído un 0,8% respecto a 2023 y un 7,6% en los últimos cinco años. Esta caída en la demanda, que no muestra indicios de mejorar, se ha visto acompañada por una disminución en los precios de la luz, que se desplomaron un 44% en lo que va de marzo en relación con febrero (pasando de 22,12 euros/MWh a tan solo 0,66 euros/MWh) y un 71% en comparación con el año pasado.

Esta situación es consecuencia no solo de la caída de la demanda, sino también del despliegue de plantas fotovoltaicas, las actuales condiciones meteorológicas que han favorecido una mayor generación eólica e hidráulica, el almacenamiento estratégico de gas y la condición de isla energética de España.

El impacto en las energías renovables

El Grupo ASE advierte que si la demanda continúa disminuyendo al ritmo actual, "la generación renovable no contará con compradores y podría enfrentar escenarios de pérdida de rentabilidad a corto plazo". Esto podría provocar la paralización de nuevos proyectos por falta de financiación e incluso la quiebra de empresas, que podrían ser absorbidas por las grandes compañías del sector.

Según Juan Antonio Martínez, analista del grupo, "nos referimos a pequeños inversores fotovoltaicos que invirtieron hace dos o tres años atraídos por las elevadas rentabilidades derivadas de los altos precios y que no han logrado colocar su energía a través de contratos a plazo". Estos inversores no podrán hacer frente al actual escenario de precios deprimidos del mercado, y su situación se complica si han solicitado financiación.

La incapacidad de dar salida a la energía renovable

La caída de la demanda y el exceso de oferta de energía están dificultando la venta de la energía renovable. Esto se traduce en una disminución de los precios y una mayor volatilidad. La fotovoltaica ha aumentado su producción un 30% en un año y representa el 15% del mix energético (hasta el 50% en un día promedio entre las 9 y las 15 horas), mientras que hace cinco años aportaba el 10%. Además, la potencia de esta tecnología se ha multiplicado por tres desde entonces.

Esta situación, combinada con las condiciones meteorológicas favorables para la energía eólica e hidráulica, está obligando al operador del sistema, REE, a desechar parte de la producción (vertidos técnicos), dejando sin espacio a las tecnologías convencionales (nuclear, gas, cogeneración y carbón).

Las medidas a tomar

Para evitar la paralización de las energías renovables, Juan Antonio Martínez señala que es necesario fomentar la demanda y aumentar la capacidad de las redes eléctricas. Sin embargo, reconoce que las redes españolas son robustas y tienen capacidad, a diferencia de países como Holanda. También cuestiona que, en el contexto actual, se puedan alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que prevé la instalación de 14.650 nuevos MW hasta 2030, principalmente de fuentes renovables.

El futuro del mercado eléctrico

Pese a la situación actual, los analistas esperan que los precios de la luz aumenten en las próximas semanas a 60-80 euros/MWh, frente a los actuales 40 euros/MWh. Además, consideran probable que se alcancen picos de 100 euros cuando los ciclos combinados marquen el precio marginal.