El empresario húngaro se muestra conciliador ante el Gobierno español
András Tombor, cara visible del consorcio húngaro Ganz Mavag, se ha mostrado conciliador y ha evitado en todo momento desairar al Gobierno español en su primera comparecencia pública en Madrid. El empresario húngaro ha comparecido ante la prensa para hablar de la oferta pública de adquisición (opa) que su consorcio ha lanzado sobre el fabricante de trenes Talgo, a pesar de la conocida oposición del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Se cumplen cuatro meses desde el arranque oficial de la ofensiva del grupo Ganz Mavag sobre Talgo, lo que fue leído como un desafío a La Moncloa, cuyos recelos tienen que ver con posibles vínculos de los compradores con intereses rusos. Tombor ha optado por echar agua al fuego y ha asegurado que "no tiene prisa" y que se ve como "única opción de futuro" para el fabricante español.
El inversor afincado en Londres ha afirmado que no hay contraopa en el horizonte capaz de ofrecer valor industrial a Talgo, de la que ha asegurado respetar "su valor estratégico para España". No obstante, ha dejado entrever que sería posible abrir el plan de adquisición a inversores españoles para agilizar el proceso.
El camino no está siendo sencillo. Ante el examen de la opa y de la identidad de los compradores que está llevando a cabo el Gobierno español, András Tombor ha querido trasladar un mensaje tranquilizador al sostener que Ganz Mavag no tiene vínculo alguno con Rusia: "Antes de la guerra de Ucrania teníamos relación con el fabricante ruso Transmashholding, pero fuimos de los primeros en deshacer los lazos con intereses rusos en cuanto estalló el conflicto".
Al hilo de esta cuestión, el empresario húngaro ha pedido que se prime el análisis industrial sobre el político ante las dudas del Gobierno hacia una propuesta cercana al líder ultraderechista húngaro Víktor Orban. "Somos un inversor extranjero y es normal que quieran conocernos y saber de nuestro proyecto. Esto es habitual en estos procesos, por lo que debemos tener paciencia. Estamos aquí para explicarlo, incluido al ministro de Transporte, Óscar Puente, para poder convencerle", ha concedido Tombor.
Sobre la presencia del fondo estatal húngaro Corvinus en el capital de Ganz Mavag, con un 45%, se ha explicado que ese vehículo facilita el lanzamiento de la oferta, pero no se mantendría como accionista de perfil financiero a largo plazo. En todo caso, el apoyo de dinero público húngaro a través de la citada Corvinus "cumple con la regulación española y comunitaria", ha anticipado el representante del consorcio.
El estudio que lleva a cabo la Junta de Inversiones Exteriores, para su traslado al Consejo de Ministros, tiene como fecha de vencimiento el próximo 10 de agosto. "Pueden hacernos preguntas adicionales, lo que afectaría al plazo, pero esperamos que no lo haga el periodo estival". La citada junta es un órgano interministerial adscrito a la Secretaría de Estado de Comercio, cuya opinión es clave ante la capacidad de veto de La Moncloa a la propuesta húngara a través del escudo contra opas procedentes del extranjero, regulado a través del real decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores.
Tombor, que fue quien se fijó en Talgo en 2022 y ha conseguido armar la opa, se ha mostrado abierto a "atender y debatir propuestas del Gobierno y del empresariado español", con lo que ha concedido que podría darse entrada en el consorcio a inversores locales si se encuentra sentido industrial y ello mete la operación en vía rápida. También ha dicho respetar a posibles interesados españoles en Talgo, como CriteriaCaixa, de perfil financiero y que precisaría apoyo industrial, o al fabricante CAF, de la que no se han conocido muestras de apetito por el rival.
Más taxativo se ha mostrado al restar todo tipo de posibilidades en una eventual batalla de opas a Skoda: "Fue un jugador muy importante, pero ahora está en pérdidas y no creo que pueda ofrecer valor a Talgo".
El inversor húngaro, que reconoció ante los medios que fue íntimo colaborador de Víktor Orban e integrante del Gobierno húngaro hace 22 años, se presenta hoy como "un hombre de negocios alejado de los intereses políticos".
El plan de Ganz Mavag, según Tombor, puede solucionar el que, a su juicio, es el principal problema de Talgo: "Le falta capacidad industrial y nosotros la tenemos en Hungría para que pueda acceder a nuevos mercados. Talgo es una empresa del tercer nivel que podríamos elevar al segundo nivel del sector, con más de 1.000 millones de facturación anual".
La opa registrada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) valora cada acción de Talgo en 5 euros, lo que supone un montante de 619 millones de euros por el 100%. "La nuestra es una opa amistosa a un precio elevado, con financiación húngara y el visto bueno de los bancos españoles, acreedores de Talgo. Creo que los representantes sindicales también han entendido el sentido industrial de la propuesta. Espero que todo el mundo deje de centrarse en el cariz político porque no hay consideración alguna, en este terreno, ligada a esta transacción", ha remachado el empresario.
Tombor ha valorado "la tecnología vanguardista" de Talgo y ha aseverado que Ganz Mavag "apoya decididamente la idea de que Talgo es una empresa icónica española, muy importante para el país. Los húngaros valoramos la importancia de las empresas icónicas, y el componente español se mantendrá si nuestra propuesta es aceptada por una mayoría de los accionistas".
El consorcio ha diseñado un plan industrial, adelantado por Cinco Días el 31 de mayo, con el que tardaría entre 15 y 18 meses en adaptar las instalaciones con capacidad ociosa de su fabricante Magyar Vagon, en Hungría, a las necesidades de Talgo. La tecnología y el equipo directivo seguirían siendo españoles, y durante el citado periodo de transición se fomentaría un intercambio de personal húngaro y español para compartir conocimientos. La inversión inicial se ha presupuestado en 50 millones de euros para doblar la producción de trenes, de 340 a 640 coches al año.