El impacto de la evolución de los activos
El Banco de España alerta sobre el estancamiento de la riqueza acumulada por las familias españolas. Desde 2021, la diferencia entre el valor de sus activos y pasivos apenas ha aumentado en términos reales, situación que podría estar condicionando la disponibilidad de consumo e inversión de los hogares.
Esta situación contrasta con la evolución de la riqueza neta de las familias desde 2014, cuando comenzó su recuperación, experimentando un crecimiento anual del 4% (descontando la inflación). De haberse mantenido esta tendencia, la riqueza neta de las familias se situaría más de un 10% por encima del nivel actual.
La vivienda, un factor determinante
Entre las variables que están determinando la evolución de la riqueza neta, el precio de la vivienda es la más destacable. Los activos inmobiliarios representan el 80% del total de la riqueza de las familias españolas.
La concentración de la riqueza: un problema social
La concentración de la riqueza alrededor de los activos inmobiliarios tiene consecuencias negativas. Por un lado, introduce desigualdades entre quienes son propietarios y quienes no, limitando el acceso a las fuentes de creación de riqueza para muchos individuos.
Por otro lado, encarece el consumo de los colectivos más vulnerables y genera ineficiencias en el funcionamiento de la economía. Se está agravando la falta de una oferta de vivienda asequible, constituyendo una de las principales preocupaciones sociales.