El fichaje del ex número dos de Sanidad por Asisa provoca una nueva crisis en la gestión sanitaria andaluza

El fichaje de Miguel Ángel Guzmán, ex número dos de la Consejería andaluza de Salud, por la aseguradora privada Asisa apenas tres meses después de dejar su puesto ha abierto una nueva crisis en la gestión de la sanidad pública por parte de la Junta de Andalucía.

Una gestión sanitaria muy criticada

La gestión sanitaria de la Junta de Andalucía ha sido muy criticada por el colapso en la atención primaria, unas listas de espera desbordadas, contratos a dedo con la privada para atajarlas y la huelga indefinida de los letrados del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Investigación interna

El Gobierno andaluz ha abierto una investigación interna para determinar si su contratación vulnera la ley de incompatibilidades de altos cargos.

Críticas de la oposición

La oposición ve en la conducta de Guzmán un ejemplo de la connivencia del Ejecutivo de Juan Manuel Moreno con el sector privado sanitario.

Antecedentes de Guzmán

Durante los años que Guzmán ejerció cargos de alta responsabilidad en la Consejería de Salud no han parado de sucederse controversias relacionadas con el deterioro de la gestión del sistema andaluz de salud y con la firma de contratos y conciertos con la sanidad privada.

Renovaciones extemporáneas

En este tiempo también se realizaron renovaciones extemporáneas de un concierto con una de sus clínicas por valor de 5,2 millones de euros.

Conciertos millonarios

En octubre de 2023 y después de un año sin publicar las listas de espera, la consejera de Salud anunció dos macroconciertos por 734 millones con la sanidad privada a lo largo de cuatro años para reducir sus cifras.

En febrero de este año, ya con Guzmán fuera de la Junta, García anunciaba un tercer plan de choque de 283 millones, del que el 45% se dedicarían a contratos a dedo con el sector privado para reducir las listas de espera en un 18%.

Preocupación en la Junta

En la Junta de Andalucía son conscientes de que la gestión de la sanidad puede pasarles factura en las urnas, pero confían en que los últimos planes de choque reduzcan las listas de espera.