El gas se desmarca del petróleo y mira más allá de Oriente Próximo
En un movimiento inusual, el gas natural está tomando un camino diferente al del petróleo, a pesar de las tensiones geopolíticas en Oriente Próximo. Mientras que el precio del crudo ha aumentado recientemente, el gas natural se ha mantenido relativamente estable, lo que ha sorprendido a muchos expertos.
Contexto geopolítico
El reciente conflicto entre Irán e Israel ha planteado preocupaciones sobre la seguridad del suministro de gas desde Oriente Próximo. Sin embargo, estas preocupaciones no parecen haber afectado significativamente al mercado del gas.
Según Tom Marzec-Manser, jefe de análisis del mercado del gas de la consultora británica ICIS, los precios del gas respondieron inicialmente a las tensiones en Oriente Próximo, pero se estabilizaron después. Sin embargo, advierte que un aumento de la demanda de Egipto o una reducción de la producción iraní podrían tensar el mercado.
Factores subyacentes
Hay varias razones para la estabilidad actual del mercado del gas. En primer lugar, el precio del gas ya era relativamente alto debido a la fuerte demanda y a las previsiones meteorológicas que apuntan a un invierno más frío de lo habitual.
Además, el gas se enfrenta a una demanda creciente a largo plazo, mientras que la demanda de petróleo se espera que se estanque. Este optimismo sobre el futuro del gas también está contribuyendo a mantener los precios.
Implicaciones para los consumidores
La disociación entre los precios del gas y del petróleo tiene implicaciones para los consumidores. Mientras que la subida del petróleo afecta principalmente al transporte, la subida del gas afecta tanto a la industria como a los hogares.
Sin embargo, es poco probable que el precio del gas siga subiendo en el corto plazo, ya que las energías renovables están contribuyendo a reducir los precios de la electricidad. Esto proporciona un amortiguador para las familias y las pymes, que se vieron muy afectadas por la subida de los precios de la energía en 2022.
Conclusión
El mercado del gas se está desmarcando del petróleo y está adoptando su propio rumbo. Si bien las tensiones geopolíticas son un factor a tener en cuenta, otros factores subyacentes están impulsando la estabilidad actual. Esto tiene implicaciones para los consumidores, ya que es poco probable que los precios del gas sigan subiendo en el corto plazo.