Los consejos de administración se encuentran ante el reto de identificar los retos a los que se enfrentan las empresas, conocer los objetivos de la empresa y trazar una hoja de ruta eficaz para conseguirlos. Para ello, es clave movilizar a los equipos y crear grupos de trabajo que funcionen.

La rotación en el cargo de consejero delegado

La rotación en el cargo de consejero delegado es cada vez mayor, pero si se lleva a cabo con demasiada frecuencia no es positiva, ya que impide consolidar proyectos que suelen ser de largo plazo. En Estados Unidos, los ciclos suelen ser de cuatro años, mientras que en Europa duran de media siete u ocho. En las empresas familiares, los mandatos suelen ser más largos.

En España, mientras que en algunas empresas la rotación se acelera, en otras hay consejeros delegados que se perpetúan en el cargo. El consejo de administración tiene el poder de nombrar al primer ejecutivo y este debe rodearse de un equipo adecuado para gestionar la empresa. Si el consejero delegado ha acumulado demasiado poder, hay un problema estructural porque se permite que alguien asuma funciones que no le corresponden y porque el consejo ha hecho dejación de sus funciones.

El gobierno corporativo de las empresas en España

En los últimos 40 años, las prácticas de gobierno corporativo han mejorado mucho en España, aunque todavía existen algunas limitaciones. Estamos por debajo de los países más avanzados en gobierno corporativo como los del norte de Europa, pero en algunos aspectos estamos mejor que Francia o Italia. Los equipos gestores han realizado un aprendizaje notable y los consejos están en pleno proceso de adaptación.

Los accionistas tienen que aprender a ejercer como tales en el siglo XXI, ya que es bastante diferente a como lo hacían en el pasado. Deben ser conscientes de que ser accionista de una empresa no les otorga un derecho absoluto y no pueden hacer cualquier cosa.

El capitalismo de Estado

Asistimos a la vuelta del capitalismo de Estado, con los gobiernos tomando participaciones en empresas cotizadas. Hay que hacerse varias preguntas, como si los Estados tienen la capacidad para hacer estas inversiones sin que supongan un coste financiero innecesario y si la entrada en el capital de las compañías se puede hacer sin que el gobierno corporativo de las mismas se vea devaluado.

El Gobierno más intervencionista actualmente es el de Estados Unidos, que ha aprobado leyes industriales para proteger a sus empresas sin necesidad de entrar en su capital. Para influir en un sector no es necesario tomar paquetes accionariales altos o sentarse en el consejo de administración.

Los controles en Grifols

Tener un sistema de gobierno corporativo no garantiza que no pueda haber problemas. En el caso de Grifols, no se trata de un caso de corrupción o de uso indebido de fondos, sino de malas prácticas en el gobierno corporativo y cierta confusión en la información que la compañía ha ido transmitiendo.

Esta crisis ha sido provocada por un inversor que tiene unos intereses determinados y que lanzó insinuaciones sobre Grifols que ahora están siendo cuestionadas.

Puig y su salida a Bolsa

Puig va a salir a Bolsa y ha elegido una estructura que diferencia las acciones A, con derechos políticos, y las acciones B, solo con derechos económicos. Esta estructura tiene ventajas e inconvenientes, pero la fórmula cobró popularidad, sobre todo en Estados Unidos, a finales de los años noventa del siglo XX.