El Gobierno gana un mes de margen para aprobar nuevos objetivos de estabilidad tras el rechazo en el Congreso

El Gobierno dispone de un mes para aprobar nuevos objetivos de estabilidad presupuestaria tras el rechazo de los presentados inicialmente en el Congreso. El Ejecutivo confía en cumplir con el calendario legal para los Presupuestos Generales del Estado de 2025, con independencia del voto negativo de PP, Vox y Junts.

El Ministerio de Hacienda asegura que los trabajos para elaborar las cuentas públicas avanzan de forma paralela al techo de gasto, aprobado la semana pasada y no sujeto a votación parlamentaria. El proceso presupuestario comenzó hace un mes, cuando Hacienda publicó en el BOE la orden ministerial para preparar las cuentas de 2025.

La confección de los Presupuestos requiere también actualizar las previsiones macroeconómicas y determinar la senda de estabilidad para los próximos tres años. Estos objetivos, destinados a reducir los desequilibrios presupuestarios, deben calcularse para el conjunto de la Administración y detallar su distribución por subsectores.

Votación obligatoria de las metas fiscales

Las metas fiscales son el único trámite que debe ser votado en las Cortes, mientras que el techo de gasto solo requiere una obligación de información. La normativa establece que el Gobierno debe fijar los objetivos de estabilidad presupuestaria en el primer semestre de cada año, a propuesta del Ministro de Hacienda y tras el informe del Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas y de la Comisión Nacional de Administración Local.

En esta ocasión, Junts ha sido el partido que ha tumbado la senda de estabilidad, sumando sus siete votos a los del PP y Vox. La formación independentista anunció su voto negativo el mismo día del pleno, tras la presentación de los objetivos de déficit por parte de la ministra Montero.

Margen de tiempo para la aprobación de una nueva senda

La ley concede un mes para aprobar una nueva senda, que puede ser idéntica a la anterior. El Ejecutivo podría aprovechar el Consejo de Ministros del próximo martes, el último antes del receso estival, para aprobarla. No obstante, si se prolonga el plazo hasta el final del verano, el Gobierno tendría margen suficiente para presentar nuevamente los objetivos en el Congreso y registrar el proyecto de ley de Presupuestos antes del 1 de octubre, como marca la normativa.

Además, Hacienda ha ganado tiempo gracias a la supresión del poder de veto del Senado sobre la senda de déficit, medida aprobada en el mismo pleno donde fueron rechazadas las metas presupuestarias.

Consecuencias del rechazo de la senda de estabilidad

En el peor de los casos, si el Congreso volviera a rechazar la senda, se aplicarían los últimos objetivos presupuestarios aprobados, que son más exigentes para las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Las metas rechazadas prevén un déficit del 2,5% del PIB para el próximo ejercicio, del 2,1% en 2026 y del 1,8% en 2027.

Estos Presupuestos, si se aprueban, serán los primeros en aplicarse bajo las nuevas reglas fiscales europeas, que priorizan el control del gasto y la reducción de la deuda.