El oro, un activo refugio en tiempos de incertidumbre

El oro está viviendo un año dorado. Desde enero, la cotización de la onza ha subido un 29,49%, convirtiéndose en uno de los activos refugio más demandados en un entorno de gran incertidumbre.

Factores del auge del oro

Varios factores están contribuyendo al auge del oro:

  • Bajadas de los tipos de interés: el oro se ha visto tradicionalmente beneficiado en las fases bajistas de los tipos de interés.
  • Compras de los bancos centrales: los bancos centrales están aumentando sus compras de oro para diversificar sus reservas.
  • Incertidumbre económica: la incertidumbre sobre el ciclo económico está impulsando la demanda de activos refugio como el oro.

El oro alcanzó su máximo histórico el pasado 30 de octubre, con un precio de 2.787 dólares la onza. Desde entonces, la cotización ha corregido ligeramente, pero los expertos creen que este parón es temporal.

Previsiones para 2025

Los informes de estrategia de inversión para 2025 incluyen al oro como uno de sus activos favoritos. El influyente banco de inversión Goldman Sachs augura nuevos récords para este activo y confía en que en los próximos 12 meses pueda rebasar la barrera de los 3.000 dólares la onza.

Los analistas de JPMorgan Asset Management también son optimistas y destacan que el oro puede jugar un papel importante en la construcción de carteras de inversión resilientes.

Ventajas del oro

El oro ofrece varias ventajas como activo refugio:

  • Protección contra la inflación: el oro tiende a mantener su valor durante los periodos de inflación.
  • Cobertura contra el riesgo geopolítico: el oro se ha comportado como un puerto seguro frente a la volatilidad del mercado en los principales eventos geopolíticos.
  • Baja correlación con otros activos: el oro está poco correlacionado con otros activos de riesgo, como las acciones y los bonos, lo que lo convierte en un instrumento ideal para diversificar las carteras de inversión.

En un entorno de altos déficits y deuda pública, el oro puede funcionar como una buena cobertura tanto frente al riesgo geopolítico como a la incertidumbre de las finanzas soberanas.

Fuente: El País