La vuelta de Trump espanta al campo español y obliga a buscar cómo sortear una guerra comercial

La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024 ha encendido las alarmas en el sector agroalimentario español, que teme que el nuevo mandatario imponga aranceles a las exportaciones españolas.

Entre las medidas preventivas que están adoptando las empresas españolas se encuentran el aumento del stock, la búsqueda de nuevos mercados y distribuidores, y la exploración de estrategias utilizadas durante la anterior presidencia de Trump.

El sector agroalimentario es uno de los más afectados por las políticas proteccionistas de Trump, que en 2019 impuso un arancel compensatorio del 25% sobre una amplia gama de productos alimentarios europeos como consecuencia de la disputa Airbus-Boeing.

El impacto de estos aranceles fue inmediato y significativo: las exportaciones nacionales de productos agroalimentarios a Estados Unidos cayeron un 27% entre 2019 y 2020, lo que supuso una pérdida de 362 millones de dólares.

Las empresas españolas se muestran preocupadas por la posibilidad de que Trump imponga nuevos aranceles, que podrían afectar especialmente a productos como el aceite de oliva y el vino, que representan aproximadamente un tercio del total de las exportaciones españolas a Estados Unidos.

Los expertos advierten de que una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea podría tener graves consecuencias para el sector agroalimentario español, que es uno de los principales exportadores mundiales de productos alimentarios.

El Gobierno español está trabajando para tratar de evitar una guerra comercial con Estados Unidos, pero reconoce que las opciones son limitadas. La Comisión Europea también está trabajando para tratar de resolver la disputa comercial con Estados Unidos, pero hasta el momento no ha logrado ningún avance significativo.

"La situación es muy preocupante", ha dicho el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. "Estamos trabajando para tratar de evitar una guerra comercial, pero no podemos descartar que se produzca".

Las empresas españolas están tomando medidas para prepararse para la posibilidad de una guerra comercial, pero reconocen que sus opciones son limitadas.

"Estamos aumentando nuestro stock y buscando nuevos mercados y distribuidores", ha dicho el presidente de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo. "Pero sabemos que estas medidas solo son temporales y que no resolverán el problema a largo plazo".

La incertidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea es grande, y el sector agroalimentario español se encuentra en una situación de gran preocupación.