El ritmo de los recortes de tasas de interés sigue siendo clave para las divisas

Los mercados siguen moderando sus expectativas sobre los recortes de tasas en las principales economías, especialmente en Estados Unidos, y parece que se mantendrán altas durante más tiempo de lo previsto. El aumento de las presiones inflacionarias en la mayor economía del mundo llevó a los mercados a prever sólo un recorte de tasas por parte de la Fed este año, e incluso se especuló con la posibilidad de que se volvieran a subir las tasas este año. Sin embargo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, las apagó con bastante contundencia durante la última conferencia de prensa que coronó la reunión del FOMC de mayo.

Si bien esta postura respaldó en un primer momento al dólar (la moneda se ha apreciado más de un 3,75% en lo que va de año), la subida se ha detenido en las últimas sesiones y de hecho el billete verde ha cedido parte de sus ganancias recientes frente a sus principales pares.

El tono adoptado por la Fed en su última reunión fue más moderado de lo esperado y dejó claro a los mercados que el listón para pensar en nuevas subidas de tasas en Estados Unidos es bastante alto. Además, los últimos datos apuntan a una ralentización del crecimiento económico en la mayor economía mundial y a cierto enfriamiento de las condiciones del mercado de trabajo. Esto ha llevado a los mercados a volver a prever un primer recorte de tasas por parte de la Fed en septiembre y un total de dos recortes de tasas este año. Todo ello, previsiblemente, dificultará que el dólar siga subiendo desde niveles ya muy caros, salvo sorpresas importantes en la evolución de los precios.

El estrechamiento de los resultados económicos respalda al euro y a la libra

Otro de los datos destacados del actual contexto del mercado es el estrechamiento de los resultados económicos que se ha observado a ambos lados del Atlántico el pasado mes de abril. Todo hace pensar que lo peor para las economías de la eurozona y del Reino Unido han quedado atrás y que el crecimiento económico parece haber cobrado un nuevo impulso. Este mejor tono económico ha respaldado al euro y a la libra últimamente.

Si bien es cierto que el proceso desinflacionista parece haber perdido impulso en la zona euro (la inflación se mantuvo sin cambios en el 2,4% en abril, como se esperaba, y la tasa subyacente cayó al 2,7%, ligeramente por encima del 2,6% de consenso), parece improbable que esta ligera sorpresa sea suficiente para desbaratar los planes del BCE de empezar a bajar los tipos de interés en junio, lo que sigue estando en gran medida descontado por los mercados financieros.

Las divisas del G10 y de los mercados emergentes

En este rápido repaso a los mercados de divisas durante el pasado mes de abril, cabe señalar que la divisa del G10 con mejor rendimiento, por detrás del dólar estadounidense, fue el dólar australiano, que cotiza cerca de su nivel más alto en dos meses frente al dólar, mientras que el peor rendimiento lo cosechó el yen japonés, seguido de cerca por la corona sueca. La atonía de la economía sueca y la postura moderada adoptada por el Riksbank, que en su reunión de mayo dio el pistoletazo de salida al ciclo de flexibilización y recortó los tipos en 25 puntos básicos, han pesado sobre la divisa sueca, que cotiza cerca de su nivel más bajo desde noviembre frente al euro.

En cuanto a las divisas de los mercados emergentes, el peso chileno fue la divisa con mejor rendimiento el mes pasado. La reciente recuperación del peso ha permitido que el par USD/CLP cotice en torno al nivel de 929, niveles no vistos desde finales de enero. El peso chileno se había convertido en la divisa más débil de Latinoamérica en los últimos meses y ahora estamos viendo una reversión de esa deriva. Además, el precio del cobre sigue siendo relativamente alto, y el contexto macroeconómico de Chile es relativamente bueno. Esto, unido a una mejora del apetito por el riesgo, ha favorecido a la divisa.