La Hacienda española obliga a tributar por el salario mínimo tras negarse a actualizar el IRPF
El Ministerio de Hacienda ha decidido no actualizar el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) a la nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que se aprueba este martes. Esta medida obligará a una parte de las rentas bajas a tributar por el SMI por primera vez, lo que ha generado controversia en el Gobierno, el ámbito económico y el académico.

Hacienda defiende que, pese a esta falta de adecuación, los contribuyentes de menor renta llevan años beneficiándose de rebajas fiscales en el gravamen. Además, las retenciones que ahora empezarán a aplicarse afectarán solo a una pequeña porción de trabajadores, principalmente a los solteros sin hijos: según cálculos del grupo de expertos reunido por el Ministerio de Trabajo, y que confirman desde Hacienda, representan aproximadamente el 20% de los perceptores del SMI, cerca de medio millón de personas.
La decisión de Hacienda ha sido criticada por algunos expertos, que argumentan que el SMI ha subido tanto en los últimos años —lo ha hecho un 61% desde 2018— que ya ha llegado el momento de que empiece a tributar, dado el agujero que una nueva rebaja provocaría en las cuentas públicas. En Trabajo, por su parte, defienden una nueva actualización del mínimo exento para que la mejora retributiva se quede, de manera íntegra, en los bolsillos de los trabajadores.

Según el acuerdo alcanzado entre Trabajo y los sindicatos, el SMI para 2025 se incrementará en un 4,4%, pasando de los 1.134 euros mensuales en 14 pagas (15.876 euros anuales) a los 1.184 euros mensuales (16.576 euros anuales). Como el mínimo exento se mantendrá en el nivel que marca el antiguo SMI, el exceso de renta a partir de esa cantidad empezará a tributar.
"Esta medida afectará a los solteros sin descendientes, dado que no pueden aplicarse las deducciones por situación familiar: los que cobren el nuevo SMI pasarán a pagar de 0 a 300,03 euros", han explicado fuentes de Hacienda.
El impacto, sin embargo, será muchísimo menor en el caso de los contribuyentes de rentas bajas con hijos, dadas las deducciones vinculadas a la situación personal y familiar. En el propio informe de los expertos de Trabajo, de hecho, se daba por asumido que, tras el incremento correspondiente a 2025, “el nuevo SMI sería objeto de retención”. No obstante, recalcaban estos expertos, se estima que “el 80% de los perceptores del SMI en 2025 no serían objeto de retención por sus circunstancias personales”.

Dado que los perceptores del salario mínimo son aproximadamente 2,5 millones de personas según cálculos de Trabajo, el recargo fiscal a través de las retenciones del IRPF afectaría a medio millón de contribuyentes.