El declive en las matrículas: Un reflejo de la prohibición de la discriminación positiva
La Facultad de Derecho de Harvard, una institución emblemática que históricamente ha impulsado a estudiantes negros hacia la élite de Estados Unidos, se encuentra enfrentando un desafío significativo. Tras la decisión del Tribunal Supremo de prohibir la discriminación positiva basada en la raza en las admisiones universitarias en 2023, las matrículas de estudiantes negros han experimentado un drástico descenso. Este hecho está generando preocupación sobre el futuro de la diversidad en la educación superior y sus implicaciones en el ámbito profesional.
Según datos de 2024 de la Asociación Estadounidense de Abogados, solo 19 estudiantes negros (el 3,4% de la clase total) iniciaron sus estudios en el prestigioso programa de leyes de Harvard, en comparación con el 7,6% del año anterior. Además, las inscripciones de estudiantes negros de primer año de pregrado en todas las facultades de Harvard también han disminuido, pasando del 18% al 14%.

Este descenso se produce en un contexto en el que la diversidad en la educación superior ha sido un tema central de debate durante décadas. La discriminación positiva, implementada para corregir desigualdades históricas, ha permitido que un mayor número de estudiantes de minorías accedan a instituciones de prestigio. Sin embargo, la decisión del Tribunal Supremo ha puesto fin a esta práctica, argumentando que viola la cláusula de igualdad de la Constitución americana. Janet Lorin (Bloomberg), señala que “la sentencia razonaba que los sistemas de admisión, por bien intencionados que fueran, incumplían la cláusula de igualdad recogida en la Constitución americana.”
El impacto más allá del aula
David Wilkins, profesor de Derecho de Harvard, advierte sobre las repercusiones de esta disminución en la matrícula negra. «Estás cerrando el punto de entrada a esos trabajos importantes donde las personas que los ocupan han transformado la sociedad estadounidense», afirma. Wilkins destaca que las credenciales y las conexiones son cruciales en el mundo laboral, y la falta de diversidad en las aulas puede limitar las oportunidades para los estudiantes de minorías.

La preocupación no se limita al ámbito académico. Empresas que generan gran cantidad de empleo en Estados Unidos habían advertido que podrían perder acceso a candidatos altamente cualificados y diversos si se eliminaban las políticas de discriminación positiva. Según Ediciones EL PAÍS S.L., «algunas de las empresas que más empleo generan en EE UU advirtieron en ese momento que perderían el acceso a una variada fuente de candidatos altamente cualificados.»
Harvard se defiende
Jeff Neal, portavoz de la Facultad de Derecho de Harvard, reconoce que la decisión del Tribunal Supremo afectaría la capacidad de las instituciones educativas para atraer y admitir una cohorte diversa de estudiantes. Sin embargo, considera que las conclusiones extraídas con datos de un solo año son «necesariamente limitadas». Neal reafirma el compromiso de Harvard con la diversidad, señalando que «La Facultad de Derecho de Harvard mantiene su compromiso tanto de respetar la ley como de fomentar una comunidad en el campus y una profesión jurídica que reflejen numerosas dimensiones de la experiencia humana».
Sean Wynn, presidente de la Asociación de Estudiantes Negros de Derecho de Harvard, ha notado un cambio en el perfil de los estudiantes y está trabajando para combatir la situación. La asociación ha creado una guía para futuros estudiantes, que incluye ejemplos de ensayos de admisión, para ayudar a disipar la confusión sobre lo que los aspirantes pueden incluir en sus solicitudes personales.
¿Un retorno a la segregación?
John Carr, alumno de la Facultad de Derecho de Harvard de 1983, compara la situación actual con las leyes de Jim Crow, que legalizaron la segregación racial en el sur de Estados Unidos hasta los años sesenta. Carr alerta que «Este país está atravesando un nuevo Jim Crow», refiriéndose a las leyes que legalizaron la segregación racial en el sur de Estados Unidos hasta los años sesenta y que propugnaban la segregación racial en todas las instalaciones públicas bajo el lema “Separados pero iguales”.
La situación en Harvard contrasta con la de otras facultades de Derecho de élite, como Yale, Stanford, la Universidad de Chicago y Duke, donde el número de estudiantes negros de primer año ha aumentado. El profesor Wilkins sugiere que el hecho de que Harvard fuera una universidad nombrada específicamente en la sentencia del Tribunal Supremo podría haber contribuido a la caída, junto con la renuncia de la primera presidenta negra de Harvard, Claudine Gay, como un posible factor disuasorio.
Esperanza en el futuro
A pesar de los desafíos, estudiantes y exalumnos están trabajando para revertir la tendencia. Akosua, Kos, Twum-Antwi, presidenta del comité de la Asociación de Estudiantes Negros de Derecho de Harvard (BLSA), ha dedicado tiempo y esfuerzo a fomentar el reclutamiento. Debra Lee, ex directora ejecutiva de Black Entertainment Television Networks, se ha unido a otros exalumnos negros para abordar la caída en la matrícula y donar fondos para estudiantes de Derecho que aceptan trabajos en el servicio público durante el verano.
Jaylon Moore, estudiante de último año en la históricamente negra Universidad Dillard en Nueva Orleans, ha sido aceptado en la Facultad de Derecho de Harvard para septiembre. Moore, quien también fue aceptado en otras facultades de Derecho de prestigio, se inclina por la oferta de Harvard, mostrando que la esperanza en el futuro de la diversidad en la institución aún persiste.
Ben Wilson, graduado de la Facultad de Derecho de Harvard en 1976, advierte que «Si hay menos diversidad dentro de la clase, todos los estudiantes perderán la oportunidad de aprender unos de otros». La lucha por la diversidad en la educación superior continúa, y el futuro de la Facultad de Derecho de Harvard como un campo de entrenamiento para futuras estrellas negras en el mundo de los negocios, la política y la cultura está en juego.