El intervencionismo político de Elon Musk expande su imperio empresarial

El magnate Elon Musk ha llevado su influencia más allá del ámbito empresarial y se ha adentrado en el terreno político, lo que le ha reportado cuantiosos beneficios económicos. Sus acciones han subido, sus criptomonedas se mantienen al alza y sus empresas han recibido importantes rondas de financiación.

Conquista de Europa

Tras conquistar Washington, Musk ha puesto su mirada en Europa, donde tiene intereses económicos significativos. Busca derribar al primer ministro británico Keir Starmer y ha establecido acuerdos con empresas gubernamentales en Italia y Francia. Su proyecto Kuiper, de internet satelital, también está en el punto de mira de países como España, que le ha concedido recientemente una licencia para operar.

Alianzas y conflictos

Musk combina alianzas con líderes ultraderechistas e injerencias en asuntos internos. Su relación con Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, ha generado polémica por un contrato de 1.500 millones de euros para la seguridad de las comunicaciones gubernamentales. También mantiene lazos con Viktor Orbán, de Hungría, lo que le permite bloquear iniciativas comunitarias que perjudiquen a sus empresas.

Sin embargo, sus intromisiones también le han granjeado el rechazo de Ejecutivos como Francia, Alemania y España. Bruselas le ha advertido por su promoción de posiciones políticas en Twitter y los expertos temen un efecto rebote contraproducente para sus intereses comerciales.

Perfil empresarial

Musk es conocido por su visión arriesgada y su inversión en sectores no tradicionales. Su imperio abarca empresas de coches eléctricos (Tesla), redes sociales (Twitter), inteligencia artificial (xAI), aeronáutica (SpaceX), internet satelital (Starlink) y neurotecnología (Neuralink). Es un firme defensor de las criptomonedas y su fortuna supera los 400.000 millones de dólares.

Controversia política

La figura de Musk polariza. Sus seguidores lo ven como un genio visionario, mientras que sus detractores lo comparan con Rasputín, un personaje influyente y manipulador cercano al poder. Su creciente activismo ultraderechista, las injerencias electorales y la falta de interés en combatir las noticias falsas han generado críticas.