A partir del 1 de septiembre de 2024, las jubilaciones, pensiones y asignaciones gestionadas por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) en Argentina experimentan un incremento del 4,03%. Este aumento, basado en la fórmula de movilidad que sigue el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio, tiene como objetivo principal mantener el poder adquisitivo de los beneficiarios en un contexto económico inflacionario.
En complemento al aumento, ANSES ha decidido otorgar un bono extraordinario de 70.000 pesos a aquellos jubilados y pensionados que perciben el haber mínimo. Esta iniciativa eleva los ingresos mínimos totales a 304.540,23 pesos, brindando un alivio adicional a los sectores más vulnerables de la sociedad. El bono es parte de una estrategia del Gobierno Nacional para mitigar los efectos de la inflación y asegurar que los sectores de bajos ingresos no se vean gravemente afectados por el aumento de los precios.
Históricamente, los jubilados y pensionados en Argentina han enfrentado desafíos significativos debido a la inflación crónica y la inestabilidad económica. En los últimos años, el gobierno ha implementado diversas medidas para intentar proteger a este grupo vulnerable, incluyendo aumentos periódicos basados en la fórmula de movilidad. Sin embargo, la eficacia de estas medidas ha sido tema de debate, especialmente en un país donde la inflación puede erosionar rápidamente los aumentos nominales de los ingresos.
El programa ANSES es una pieza clave del sistema de seguridad social en Argentina. En 2024, se estima que el número de jubilados y pensionados en el país supera los 7 millones de personas, un grupo significativo que depende de estas prestaciones para su sustento diario. ANSES, con sus diversas prestaciones y asignaciones, juega un papel central en garantizar que estos ciudadanos reciban los ingresos necesarios para cubrir sus necesidades básicas. La fórmula de movilidad, que ajusta los ingresos de acuerdo con la inflación y la evolución salarial, es una herramienta fundamental en este esfuerzo.
Comparativamente, Argentina se encuentra en una situación delicada en términos de seguridad social en relación con otros países de la región. Mientras que el sistema previsional argentino ofrece una cobertura amplia, el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados ha sido afectado severamente por la inflación. Este contraste es particularmente evidente cuando se compara con naciones vecinas como Chile o Uruguay, donde la inflación es más baja y las pensiones tienden a tener un poder adquisitivo más estable.
El aumento del 4,03% implementado en septiembre de 2024 es un reflejo de la necesidad continua de ajustar las prestaciones sociales para mantenerse al día con el costo de vida. Sin embargo, este ajuste, aunque necesario, no resuelve el problema estructural de la inflación y la presión que ésta ejerce sobre los ingresos fijos.