La carrera espacial se recalienta: Europa busca no quedarse atrás frente a SpaceX
En un contexto global donde la tecnología espacial avanza a pasos agigantados, Europa está intensificando sus esfuerzos para mantener su competitividad frente a la empresa SpaceX de Elon Musk. La reciente controversia en la red social X (antes Twitter) entre Musk y el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, ha dejado en evidencia la dependencia de Ucrania en la constelación de satélites Starlink para asegurar sus comunicaciones durante la invasión rusa, según informa Manuel V. Gómez en El País.
Este incidente subraya la necesidad urgente de que Europa desarrolle alternativas propias y robustas para no perder terreno en este sector estratégico. Aunque existen opciones como Govsatcom y OneWeb, la Comisión Europea reconoce que estos servicios serían actualmente más caros y menos eficientes que Starlink.

El auge de los satélites de baja órbita
Desde 2020, el panorama aeroespacial ha experimentado cambios significativos, impulsados principalmente por el despliegue de satélites de baja órbita (LEO) por parte de Starlink. Lucas Pleney y Jean Baptiste Thepaut, de la consultora aeroespacial Novaspace, señalan que «los satélites de baja órbita han llegado mucho más rápido de lo que se pensaba», transformando la dinámica del sector. Estos satélites, ubicados a unos 500 kilómetros de la Tierra, ofrecen una velocidad de transmisión de señal superior a los satélites en órbitas más altas, como Galileo (36.000 kilómetros).
Mientras que Europa ha mantenido una posición sólida en las órbitas más altas, la competencia en las órbitas bajas se ha intensificado drásticamente. Miguel Ángel Panduro, consejero delegado de Hispasat, destaca que «antes, los ciclos tecnológicos eran de 15 o 20 años. Ahora, hay una disrupción con Starlink. No solo sorprende desde el punto de vista tecnológico, sino también la velocidad a la que lo ha hecho».

El proyecto IRIS²: la respuesta europea
Para hacer frente a este desafío, la Unión Europea ha lanzado el proyecto IRIS² (Infraestructura Resiliente, Interconectada y Segura por Satélite), una iniciativa de 10.500 millones de euros destinada a crear una red de comunicaciones seguras y autónomas para la defensa y los gobiernos. De esta cantidad, 6.500 millones provendrán de fondos públicos, mientras que el resto será aportado por empresas privadas como Eutelsat, SES e Hispasat, esta última recientemente adquirida por Indra, donde la SEPI posee el 28% del capital.
El objetivo principal de IRIS² no es competir directamente con Starlink en el mercado comercial, sino garantizar comunicaciones seguras y soberanas para el sector público. Sin embargo, las empresas participantes podrán explorar oportunidades comerciales secundarias. Se espera que la red cuente con unos 300 satélites activos para 2030, ofreciendo capacidades similares a las de Starlink, que actualmente opera con más de 6.000 satélites.
Un impulso a la industria europea
La inversión en IRIS² también busca fortalecer la industria aeroespacial europea, fomentando la demanda y apoyando a fabricantes como Thales y Airbus. La adquisición de OneWeb por parte de Eutelsat e Indra adquiriendo Hispasat son movimientos que reflejan una tendencia hacia la consolidación en el sector. Según Panduro, «se va a facilitar el fortalecimiento de la industria europea en un momento como este, en el que está habiendo un corriente mundial de consolidación».
Además, el comisario de la Industria de Defensa y el Espacio, Andrius Kubilius, ha anunciado que la Comisión Europea está considerando la creación de un nuevo programa de satélites para la inteligencia militar, lo que podría impulsar aún más la industria europea. La esperanza es que una parte significativa del plan de rearme de 800.000 millones de euros de la UE se destine a este sector.
El modelo de SpaceX y la competencia en precios
Una de las claves del éxito de SpaceX reside en su modelo de negocio integrado verticalmente, que abarca la fabricación, el lanzamiento y la operación de satélites. Este enfoque le permite ofrecer servicios a precios competitivos. Julián Fernández, consejero delegado de Fossa System, una empresa que ha lanzado 20 satélites al espacio con una inversión de 10 millones de euros, destaca que «por medio millón de euros puedes tener un satélite para el Internet de las cosas», mientras que las empresas tradicionales pueden fabricar un aparato por 200 millones.
Los precios de lanzamiento de SpaceX también son significativamente más bajos que los de sus competidores. Un lanzamiento de la empresa estadounidense cuesta alrededor de 60 millones de euros, frente a los 75 millones de la francesa Ariane, que estará operativa en 2027. Sin embargo, la diferencia en la frecuencia de lanzamiento es considerable: SpaceX lanzó 124 cohetes en 2024, mientras que Ariane prevé lanzar 10 veces al año cuando su nuevo modelo esté en funcionamiento.
Desafíos y oportunidades
A pesar de los esfuerzos de Europa, el camino para alcanzar la competitividad frente a SpaceX no está exento de desafíos. La cantidad de inversión que ha recibido la empresa de Musk del gobierno estadounidense es considerable, lo que le ha permitido desarrollar una infraestructura y una capacidad de lanzamiento sin precedentes.
No obstante, Europa tiene fortalezas importantes en el sector espacial civil, como los programas Galileo y Copernico, y una base industrial sólida que puede aprovechar para impulsar su competitividad en el ámbito de las comunicaciones seguras y la defensa. La clave estará en la capacidad de la UE para movilizar recursos, fomentar la innovación y crear un entorno regulatorio favorable que impulse el crecimiento de la industria aeroespacial europea en la nueva carrera espacial.