El gobierno francés planea aumentar los impuestos a las empresas y a los ricos

El nuevo gobierno francés está estudiando opciones para aumentar los impuestos a los ricos y a las empresas en un esfuerzo por reducir los crecientes déficits, sin socavar el historial del presidente Emmanuel Macron de reformas a favor de las empresas.

El ministro de Finanzas, Antoine Armand, dijo que se necesitan medidas decisivas para hacer frente a "uno de los peores déficits de nuestra historia" fuera de crisis excepcionales como la pandemia.

Armand y el nuevo ministro de Presupuesto, Laurent Saint-Martin, están esbozando posibles aumentos de impuestos para presentarlos al primer ministro Michel Barnier en preparación para el presupuesto de 2025, que se presentará al parlamento el próximo mes.

Un cambio de política

El aumento de los impuestos será una ruptura importante con la política económica de Macron desde que fue elegido por primera vez en 2017 de reducir los impuestos a las empresas y a los hogares, algo que presenta como clave para impulsar el crecimiento y una mayor inversión.

Pero los sucesivos gobiernos de Macron no le prestaron tanta atención a controlar el gasto, apostando a que un crecimiento más fuerte impulsaría naturalmente los ingresos fiscales. Aunque la estrategia ha dado resultados en términos de reducción del desempleo y persuadir a las empresas para que inviertan, la falta de disciplina fiscal condujo a amplios déficits.

Bruselas colocó a Francia en lo que se conoce como un procedimiento de déficit excesivo y le exigió que presente un plan para reducir los déficits en los próximos años. Las agencias rebajaron la calificación del país, mientras que su costo de endeudamiento aumentó.

¿Quiénes se verán afectados?

Se espera que el déficit alcance al menos el 5,6% del PIB en 2024, por encima del objetivo del 5,1% para el año, y superando el nivel del 5,5% a partir de 2023.

Armand manifestó su oposición a aumentar la carga impositiva sobre "los trabajadores y la clase media". Sin embargo, hasta ahora su gobierno ha eludido las preguntas sobre lo que define como clase media o ricos, lo que deja poco claro a quiénes se va a dirigir los nuevos impuestos.

También destacó que cualquier aumento de impuestos no debe "frenar el crecimiento o la creación de empleo", una señal de que el gobierno de Barnier al menos intentará ceñirse a las políticas económicas de Macron.

Reacciones

Los analistas de Goldman Sachs señalaron que la carga fiscal en Francia "ya es una de las más altas entre sus pares, lo que deja poco margen para nuevos aumentos".

Los economistas sugieren varios posibles recortes que afectarían a las empresas, como la reducción de los generosos subsidios a los empleadores que contratan aprendices o los que se dan a las empresas que realizan investigación y desarrollo.

La cuestión sensible de si Francia debe restablecer un impuesto a la riqueza, que Macron abolió y que se reemplazó con uno a las propiedades inmobiliarias, también volvió a surgir en medio de los llamados de los partidos de izquierda para obligar a los ricos a contribuir más a las arcas públicas.

Barnier dijo durante el fin de semana que se podría pedir una "contribución excepcional" a "los más ricos" y "las grandes empresas multinacionales que pueden contribuir al esfuerzo de recuperación nacional".

Los ejecutivos de empresas en Francia empiezan a sentir que el viento está cambiando hacia los aumentos de impuestos. Patrick Martin, jefe del grupo de cabildeo empresarial Medef, dijo el martes al periódico Le Parisien que está "dispuesto a discutir aumentos de impuestos a las empresas". Sin embargo, también advirtió al gobierno que cualquier aumento no debería venir antes de un esfuerzo real para recortar el gasto público.