Gestión pasiva: una buena solución en un mal momento
La gestión pasiva es una estrategia de inversión que busca replicar el rendimiento de un índice o mercado determinado, en lugar de intentar superarlo. Este tipo de inversión suele ser más barata que la gestión activa, que implica la toma de decisiones de inversión más activas por parte de un gestor de cartera.
Ventajas de la gestión pasiva
Desventajas de la gestión pasiva
¿Cuándo es adecuada la gestión pasiva?
La gestión pasiva puede ser adecuada para los inversores que buscan una solución de inversión sencilla y de bajo coste, con un horizonte temporal a largo plazo y una tolerancia al riesgo relativamente baja. También puede ser adecuada para los inversores que no tienen el tiempo o los conocimientos para gestionar activamente sus carteras.
¿Cuándo es adecuada la gestión activa?
La gestión activa puede ser adecuada para los inversores que buscan un potencial de rendimiento superior, con un horizonte temporal más corto y una mayor tolerancia al riesgo. También puede ser adecuada para los inversores que tienen objetivos de inversión específicos o que desean un mayor control sobre sus carteras.
Conclusión
La gestión pasiva y activa son dos estrategias de inversión diferentes, cada una con sus propias ventajas e inconvenientes. La mejor estrategia para un inversor particular dependerá de sus objetivos de inversión, horizonte temporal y tolerancia al riesgo individuales.