Glovo renuncia a los falsos autónomos, forzado por la ley y las amenazas penales
La empresa de reparto a domicilio Glovo ha anunciado este lunes que renuncia a su modelo de falsos autónomos y que empleará a sus repartidores como asalariados, solo un día antes de que su máximo responsable, Oscar Pierre, declare ante el juez acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores.
Un largo camino hasta aceptar la realidad
La renuncia de Glovo a los falsos autónomos es el último capítulo de una larga historia que se remonta a los primeros pasos de la compañía en 2015. Desde entonces, Glovo ha enfrentado numerosas demandas por parte de sus repartidores, que denunciaban que eran empleados por cuenta ajena y no autónomos, como sostenía la empresa.
En 2020, el Tribunal Supremo dio la razón a los repartidores y sentenció que Glovo era una empresa que prestaba servicios de recadería y mensajería y que, por lo tanto, sus repartidores eran asalariados. Esta sentencia fue confirmada posteriormente por varios tribunales provinciales de lo social.
La presión del Gobierno y la Fiscalía
Además de las demandas de los repartidores, Glovo también ha enfrentado presiones por parte del Gobierno y la Fiscalía. En 2021, el Gobierno aprobó la ley rider, que reconocía el carácter laboral de la relación entre las plataformas de reparto y sus repartidores. En 2023, la Fiscalía abrió una investigación contra Glovo por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores.
La renuncia de Glovo a los falsos autónomos se produce, por lo tanto, en un contexto de creciente presión legal y social. La empresa ha decidido aceptar la realidad y reconocer que sus repartidores son asalariados, como ya han hecho otras plataformas de reparto como Deliveroo y Uber Eats.
Las implicaciones de la renuncia
La renuncia de Glovo a los falsos autónomos tiene varias implicaciones. En primer lugar, los repartidores de Glovo pasarán a ser asalariados, con todos los derechos y obligaciones que ello conlleva. Esto significa que tendrán derecho a un salario mínimo, vacaciones pagadas, bajas por enfermedad y cotizaciones a la Seguridad Social.
En segundo lugar, la renuncia de Glovo a los falsos autónomos podría tener un impacto en el sector del reparto a domicilio. Otras plataformas de reparto podrían verse obligadas a seguir el ejemplo de Glovo y reconocer que sus repartidores son asalariados. Esto podría suponer un aumento de los costes para las plataformas y, en última instancia, para los clientes.
En tercer lugar, la renuncia de Glovo a los falsos autónomos es una victoria para los sindicatos y organizaciones de trabajadores que han luchado durante años para mejorar las condiciones laborales de los repartidores. Esta victoria demuestra que la presión legal y social puede obligar a las empresas a cambiar sus prácticas y a respetar los derechos de sus trabajadores.
Declaraciones de Glovo
En un comunicado, Glovo ha asegurado que "la decisión de contratar a nuestros repartidores como asalariados es el resultado de un largo proceso de reflexión y diálogo con nuestros stakeholders". La empresa ha añadido que "estamos convencidos de que este cambio nos permitirá seguir creciendo y ofreciendo un servicio de calidad a nuestros clientes".
Declaraciones del Ministerio de Trabajo
El Ministerio de Trabajo ha acogido con satisfacción la renuncia de Glovo a los falsos autónomos. El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha declarado que "estamos muy satisfechos de que Glovo haya decidido cumplir con la ley y reconocer que sus repartidores son asalariados". Pérez Rey ha añadido que "esta decisión es un paso importante para mejorar las condiciones laborales de los repartidores y para luchar contra la precariedad en el mercado de trabajo".