El Gobierno pospone la votación de la reforma fiscal, que incluía un nuevo impuesto a las eléctricas, debido a la falta de mayoría parlamentaria.

Reforma fiscal en suspenso

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos, los partidos que conforman el Gobierno de coalición, no han logrado recabar los apoyos necesarios para aprobar la reforma fiscal, que incluía la creación de un nuevo impuesto a las compañías eléctricas. Ante esta situación, han decidido aplazar la votación hasta el próximo lunes, con el objetivo de seguir negociando con otros grupos parlamentarios.

Inestabilidad parlamentaria

Este nuevo aplazamiento pone de manifiesto la inestabilidad parlamentaria del Gobierno, que se encuentra atrapado entre las exigencias de los partidos de derecha, que piden una rebaja de impuestos, y las de sus socios de izquierda, que abogan por medidas más progresivas que garanticen la justicia fiscal. En concreto, los partidos de izquierda reclaman que el impuesto a las grandes eléctricas y multinacionales sea permanente, y no temporal como propone el Gobierno.

PP ofrece su apoyo

El Partido Popular (PP), principal partido de la oposición, ha ofrecido su apoyo a la reforma fiscal, pero con la intención de debilitar al Gobierno y evidenciar sus dificultades para sacar adelante sus iniciativas legislativas. Sin embargo, el PSOE ha optado por aplazar la votación con la esperanza de lograr el apoyo de sus socios de gobierno y evitar una derrota parlamentaria.

Consecuencias del retraso

El retraso en la aprobación de la reforma fiscal podría tener consecuencias negativas para el Gobierno, ya que corre el riesgo de no cumplir con los plazos establecidos por la Unión Europea para transponer una directiva europea sobre impuestos. Además, podría complicar las negociaciones con Bruselas sobre el reparto de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

"Este nuevo aplazamiento vuelve a poner el foco en la evidente inestabilidad parlamentaria del Ejecutivo, atrapado entre las exigencias de los partidos de la derecha parlamentaria y las de varios de sus socios de izquierdas y nacionalistas, que quieren convertir en permanente el impuesto a las grandes multinacionales y energéticas. El PP amagó incluso con ofrecer su apoyo a la reforma para evidenciar las debilidades del Gobierno, pero en el PSOE optaron por aplazar la sesión para buscar esos votos de los socios hasta el último minuto" (Casqueiro, 2024).