En el Baix Camp (Tarragona), una huelga indefinida iniciada el 2 de septiembre en 26 municipios ha provocado la acumulación de basuras en las calles debido a la paralización de los servicios de recogida de residuos.

El sindicato CGT de Reus, responsable del paro, demanda una subida salarial de 550 euros anuales y una reducción de la jornada laboral a 35 horas.

Tras veinte meses de negociaciones infructuosas, la empresa Secomsa, contratada para la recogida de basuras por el Consejo Comarcal del Baix Camp, y el sindicato estuvieron a punto de llegar a un acuerdo que incluía tres días propios y un máximo de 30 domingos con una jornada de cinco horas, pero Secomsa se retractó el pasado viernes, según denuncia el sindicato.

Los municipios del Baix Camp han respondido a la acumulación de basura con sus propios equipos de brigadas, cuya función principal es limpiar la vía pública. Sin embargo, el portavoz de la CGT, Miguel Moya, denuncia esta acción como "esquirolaje" y afirma que "rebaja la posibilidad de poder negociar".

Mientras esperan una respuesta del Consejo Comarcal, el pasado lunes los trabajadores instalaron un piquete delante de la planta de compostaje de Botarell para impedir el paso de los camiones. Los Mossos respondieron con un cordón policial y una excavadora para abrir paso a los servicios mínimos.

El ente comarcal asegura no haber recibido quejas sobre la suciedad de las calles gracias a los servicios mínimos y afirma que "nunca se ha dejado de negociar" con los trabajadores.