Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de México enfrentan un panorama desafiante debido a la inestabilidad económica actual, marcada por la incertidumbre y la volatilidad. Marisol Rumayor, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres de Jefas de Empresa (AMMJE Megalópolis) para la Ciudad de México, advierte sobre las repercusiones del menor dinamismo económico y la caída en el consumo.
Incertidumbre y cambios políticos
Rumayor destaca que la reciente aprobación de la reforma al Poder Judicial y las discusiones sobre otras iniciativas para implementar cambios constitucionales generan una incertidumbre considerable entre las empresas Pymes. El principal temor radica en la contracción del mercado.
A pesar del contexto político, es crucial que las condiciones para hacer negocios sean predecibles y estables. Las reformas impulsadas por el gobierno, especialmente la desaparición de órganos autónomos, han aumentado la preocupación en el sector empresarial.
Impacto económico y financiero
Las micro, pequeñas y medianas empresas son las más afectadas por la contracción económica y la reducción del consumo, lo que lleva a los consumidores a ser más cautelosos con sus gastos. La inflación y la disminución de la confianza en el país también han provocado una desaceleración en la inversión.
Además, problemas como la extorsión y la corrupción obstaculizan el crecimiento de los emprendedores en México. Rumayor subraya la importancia del financiamiento como un pendiente crítico para los empresarios, ya que el acceso al crédito bancario tradicional es limitado.
Necesidad de apoyo
La situación actual demanda atención urgente para fomentar un ambiente más favorable que apoye a las Pymes, pilares fundamentales de la economía y el empleo en el país. Es necesario fortalecer el financiamiento, generar condiciones estables para hacer negocios y combatir los problemas que impiden el crecimiento empresarial.