Gigantes de la inversión estadounidense están frenando su activismo verde ante presiones políticas
En un giro que está generando controversia, las mayores gestoras de fondos de Estados Unidos están replanteando sus estrategias de inversión socialmente responsable. La creciente presión política, impulsada por el Partido Republicano y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, está llevando a estas empresas a adoptar un perfil más bajo en lo que respecta a cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Esta situación está generando inquietud en Europa, donde la inversión sostenible sigue siendo una prioridad.
La ofensiva republicana contra la inversión ESG
Según informa Miguel Moreno Mendieta (2025) en El País, la animadversión hacia la inversión ESG se intensificó con demandas de estados controlados por el Partido Republicano. Estos argumentaban que los gestores de fondos de pensiones estatales no deben considerar criterios ESG, sino centrarse exclusivamente en criterios financieros para cumplir con su deber fiduciario. La inversión sostenible, en el imaginario de la derecha estadounidense, se está percibiendo como una manifestación de la cultura «woke» que, según ellos, está permeando Wall Street, la administración y las universidades.
BlackRock y Vanguard toman precauciones
La presión es tal que gigantes como BlackRock y Vanguard, que gestionan conjuntamente más de 20 billones de euros, se están viendo obligados a suspender reuniones con empresas cotizadas por temor a incumplir las directrices de la SEC, el supervisor de los mercados financieros de EE. UU. La nueva administración busca imponer neutralidad en estos temas, impidiendo que los inversores impongan su agenda sobre la reducción de la huella de carbono o la inclusión de mujeres en los órganos de gobierno.
El auge del «greenhushing»: el silencio verde
Esta situación está generando un fenómeno conocido como «greenhushing» o silenciamiento verde. Las compañías, temerosas de llamar la atención de las autoridades, están optando por ocultar sus agendas verdes. Kushal Bhimjiani, consejero general de South Pole, consultora climática, explica a Bloomberg que las empresas se encuentran en una paradoja ESG: se las persigue por alardear demasiado, pero también por esconderlo (Moreno Mendieta, 2025).
Europa observa con recelo
Mientras tanto, en Europa, este giro de las gestoras estadounidenses está generando desconfianza. Un ejemplo claro es la decisión del plan de pensiones británico The People Pension de encargar la gestión de 34.000 millones de euros a Amundi e Invesco, firmas con «conocidos credenciales en materia de inversión sostenible y responsable», según el artículo de El País (Moreno Mendieta, 2025). Anteriormente, este dinero lo administraba State Street, que se retiró de la alianza mundial de gestoras para combatir el calentamiento global.
La inversión sostenible sigue atrayendo capital en Europa
A diferencia de Estados Unidos, la inversión sostenible es un tema de consenso en Europa, donde la Unión Europea sigue apostando por la agenda verde. De hecho, en 2024, los fondos con perfil ESG continuaron atrayendo dinero, concentrando Europa el 85% de todo el capital invertido en este tipo de estrategias.
Joeri de Wilde, jefe de estrategia de Triodos IM, argumenta que el movimiento pendular en Estados Unidos es en parte artificial. «Nuestros estudios sugieren que la demanda real de este tipo de productos sigue siendo alta, tanto entre particulares como por parte de instituciones, porque todos ven que hay un creciente riesgo en sus carteras por el impacto del cambio climático» (Moreno Mendieta, 2025).
Las empresas europeas mantienen su compromiso
Felipe Nascimento, consejero delegado de Mapfre Brasil, asegura que el cambio de administración en Washington no alterará los compromisos de su grupo con la sostenibilidad ni con la presencia de mujeres en puestos directivos. Esta visión es compartida por la mayoría de las fuentes consultadas en Europa.
La transición energética europea continúa
La transición energética de Europa hacia una economía descarbonizada es firme y requerirá inversiones por valor de 27 billones de euros hasta 2050. Umberto Tamburrino, socio y CEO de Sosteneo (parte del grupo Generali), destaca que «invertir en energías sostenibles va a seguir siendo atractivo, sobre todo en empresas de almacenamiento de energía en baterías y en las que construyen nuevas infraestructuras de red» (Moreno Mendieta, 2025).
¿Un cambio de rumbo definitivo?
Aunque la presión política en Estados Unidos está generando un cambio de actitud en las grandes gestoras de fondos, la demanda de inversión sostenible sigue siendo alta a nivel global. Queda por ver si este giro es un cambio definitivo o una pausa estratégica en la apuesta por un futuro más verde.
Referencias
- Moreno Mendieta, M. (2025, 3 de marzo). Del ‘greenwashing’ al ‘greenhushing’: los gigantes de la inversión tapan la apuesta ecologista en Estados Unidos. El País. Recuperado de https://elpais.com/economia/2025-03-03/del-greenwashing-al-greenhushing-los-gigantes-de-la-inversion-tapan-la-apuesta-ecologista-en-estados-unidos.html