Javier Milei asume como Presidente en Argentina entre promesas y polémica

Javier Milei, el líder ultraderechista, marcó un antes y un después en la política argentina al asumir el cargo de Presidente de la Nación el domingo 10 de diciembre. Transcurridos casi un mes desde su elección el 19 de noviembre, donde fue elegido con el 56% de los votos, Milei recibió la banda presidencial y el bastón de mando de manos de su antecesor, el peronista Alberto Fernández, en una ceremonia que tuvo lugar en la Cámara de Diputados.

La jornada estuvo marcada por la presencia de figuras políticas de talla internacional y la ausencia notable del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien declinó asistir en respuesta a las críticas vertidas por Milei en la campaña electoral. Entre los asistentes destacaron el rey Felipe VI de España, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, así como mandatarios de Paraguay, Chile y Uruguay, mostrando el interés global por el cambio de rumbo político en Argentina.

En la Casa Rosada, el nuevo presidente no sólo saludó a las delegaciones extranjeras sino que, siguiendo una de las tradiciones más emblemáticas del país, se dirigió a la nación desde el emblemático balcón, donde hizo un llamado a la libertad y proclamó el 'fin de la Argentina populista'.

Un discurso que no ofrece concesiones

Desde el balcón, Milei presentó un panorama económico desalentador, preparando al país para un duro proceso de ajuste. Priorizando la transparencia, aseguró que 'no hay plata' y que si bien la situación empeorará a corto plazo, se vislumbran resultados positivos en el futuro. Su discurso, que resuena con el legado de su nuevo aliado político, el expresidente Mauricio Macri, parece mostrar una línea política de profundos recortes y cambios radicales.

El gabinete de Milei, compuesto por nueve ministros, se enfrenta al desafío de materializar la promesa de reducción del gasto público y ejecutar el ajuste fiscal que, según el mandatario, será el remedio contra los problemas económicos de larga data.

Las repercusiones de una asunción histórica

El discurso inaugural de Milei se centró en la promesa de reactivar un país que, en su visión, vive un declive desde hace décadas. Citando la Argentina del siglo XIX y omitiendo la mención del retorno a la democracia en 1983, dejó claro que su perspectiva de la historia y el futuro de la nación rompe con los paradigmas tradicionales.

Con un fuerte énfasis en la libertad y en la necesidad de transformaciones profundas, Milei desafió no sólo a la estructura política actual sino también a la percepción pública del papel del Estado. A pesar de la convulsa realidad que enfrenta, con inflación récord y reservas internacionales comprometidas, el presidente invocó 'las fuerzas del cielo' para acompañar a los argentinos en este nuevo capítulo.

El futuro político de Argentina bajo el mando de Javier Milei es incierto, pero lo que es seguro es que la comunidad internacional y los ciudadanos argentinos estarán atentos a cada paso que dé el nuevo gobierno.