La crisis del mutualismo muestra las costuras de la colaboración público-privada
Por Miguel Moreno Mendieta
La crisis que atraviesan las mutualidades profesionales, las de accidentes de trabajo y Muface, la asistencia médica para funcionarios, pone de manifiesto las debilidades de un modelo de colaboración público-privada que, en algunos casos, ha derivado en prácticas corruptas, sueldos escandalosos y falta de transparencia.
El colapso de Muface
Dos millones de funcionarios y familiares llevan dos semanas sumidos en la inquietud. Las aseguradoras sanitarias que participan en el modelo Muface han amenazado con irse por las pérdidas acumuladas. No serían las primeras en marcharse. El Gobierno ha propuesto una subida de las primas del 17%, pero ni aún así está clara la viabilidad del convenio.
Esta crisis nunca vista en la asistencia médica mutual para empleados públicos coincide con la enorme conflictividad que rodea a las mutualidades de previsión social de colectivos profesionales —abogados, procuradores, arquitectos o gestores administrativos—.
Las mutualidades de previsión social: pensiones privadas insuficientes
Estos grupos que han ahorrado para la jubilación a través de estas aseguradoras ven ahora que las pensiones privadas que cobrarán son muy bajas. Además, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social, conocidas como mutuas de accidentes de trabajo, han sido señaladas por la vicepresidenta Yolanda Díaz como un foco de prácticas corruptas, puertas giratorias y sueldos escandalosos.
Las mutuas de accidentes de trabajo: sospechas de corrupción
Las mutualidades son empresas sin ánimo de lucro en las que un colectivo se une para tener acceso a unos servicios basados en la confianza y la reciprocidad. Una figura similar a las cooperativas. Aquí no hay unos accionistas que sean dueños de la compañía y que repartan los beneficios según el poder accionarial. Cada mutualista tiene un voto y los beneficios se reinvierten o se reparten de forma homogénea.
Pero en España también se ha utilizado la figura de la mutualidad para cubrir algunas parcelas y competencias donde el Estado de Bienestar no alcanzaba. Durante el franquismo, cuando la preocupación por la jubilación o la incapacidad laboral era incipiente, se crearon infinidad de mutualidades para proteger a diversos colectivos.
La necesidad de una reforma del sistema mutual
La crisis actual pone de manifiesto la necesidad de una reforma del sistema mutual. Las mutualidades deben ser transparentes, eficientes y sostenibles. Deben estar sujetas a un estricto control por parte de las autoridades públicas y deben rendir cuentas ante sus mutualistas.
El Gobierno debe tomar medidas para garantizar la viabilidad de Muface y de las demás mutualidades. También debe trabajar con los colectivos profesionales para encontrar soluciones a los problemas que enfrentan sus mutualidades de previsión social.
La colaboración público-privada puede ser una herramienta valiosa para prestar servicios públicos. Sin embargo, es esencial que esta colaboración se base en principios de transparencia, eficiencia y rendición de cuentas.