La descarbonización: una apuesta por la supervivencia y la economía
La descarbonización de la economía mediante las energías renovables está demostrando su eficiencia en todo el mundo.
Beneficios para el bolsillo y el planeta
Países como Portugal y España están reduciendo sus importaciones de combustibles fósiles gracias a la generación de energía solar y eólica, lo que se traduce en menores emisiones y ahorro económico. En el Reino Unido, las energías renovables han superado al gas por primera vez, y en Canadá, Alberta ha prescindido del carbón para la generación de electricidad.
A nivel global, aún existen territorios con gran potencial para la generación de energía solar, lo que evidencia la enorme disparidad en la explotación de este recurso.
El transporte, un reto en la descarbonización
La generación de energía es el mayor consumidor de combustibles fósiles, pero el transporte también juega un papel crucial. Los automóviles son responsables del 45,1% de las emisiones del transporte, por lo que su electrificación es imprescindible.
Las baterías son la solución para el automóvil, ya que ofrecen energía, se pueden recargar con infraestructuras existentes y su tecnología evoluciona constantemente. Los vehículos de hidrógeno, por el contrario, no son una opción viable a corto plazo.
Una oportunidad económica
La descarbonización no solo es una cuestión de supervivencia, sino también una oportunidad económica. Las energías renovables no son ideológicas, sino el único camino a seguir. Es hora de apostar por la lógica y la ciencia para construir un futuro sostenible.
Comprar un vehículo eléctrico es una inversión rentable: menor coste total, menor mantenimiento y mayor durabilidad. El 60% de las ventas de vehículos nuevos en todo el mundo serán eléctricos en 2030, lo que demuestra la creciente demanda de este tipo de vehículos.