La deuda privada en España cae al nivel más bajo desde 2001

La deuda de empresas y hogares en España ha alcanzado el 110,4% del Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre de 2024. Esta cifra no se veía desde 2001, es decir, en los años de bonanza previos a la crisis inmobiliaria.

Aunque en términos absolutos el pasivo ha crecido ligeramente —en junio se situó en 1,7 billones de euros, un 0,4% más que hace un año— el fuerte crecimiento económico ha permitido que la ratio de deuda sobre la riqueza nacional se haya moderado considerablemente.

Las empresas piden más préstamos

Este dato, recogido en las últimas cuentas financieras del Banco de España, refleja además que las empresas han pedido más dinero prestado en el último año (su deuda aumentó desde los 990.000 millones de euros en el segundo trimestre de 2023 a los 1,003 billones un año después), mientras que las familias y organizaciones sin fines de lucro han apostado por seguir ajustándose el cinturón.

La deuda de los hogares baja

La deuda de los hogares descendió en 7.300 millones de euros, aunque no fue suficiente para frenar el aumento total de la deuda del sector privado. En cualquier caso, su desendeudamiento sigue la tendencia de la era poscovid.

La crisis inflacionaria y la consecuente subida de tipos de interés han hecho que las familias contengan su inversión, fundamentalmente en vivienda —hay más amortizaciones para reducir el pago de intereses y se piden menos hipotecas—.

Además, la expansión del empleo y el aumento de los salarios ha impulsado la renta bruta disponible de los hogares, y parte de ese dinero se ha destinado a su ahorro o a continuar amortizando deuda. También a adquirir activos financieros.

Las familias aumentan su riqueza financiera

De hecho, la riqueza financiera de los hogares ha alcanzado un nivel récord de 3,055 billones de euros, un 5,6% más que hace un año. Esto significa que, aunque la deuda ha bajado, las familias están logrando acumular más activos financieros como ahorros en cuentas bancarias, inversiones en fondos o en acciones de empresas.

Según el supervisor bancario, el dinero en fondos de inversión ha crecido más de un punto porcentual.

De esta forma, el Banco de España constata una recomposición de las carteras de las familias en busca de rentabilidad, reduciendo su efectivo disponible y los depósitos a la vista en favor de productos con mayor remuneración, como los depósitos a plazo —si bien los bancos han sido reticentes a elevar su rentabilidad, al tener exceso de liquidez—, las letras del Tesoro emitidas por el Estado —que han vivido un bum entre los inversores minoristas como se pudo ver con las largas colas para adquirirlas el año pasado— y los fondos de inversión, un modo de evitar o minimizar la pérdida de poder adquisitivo por la crisis inflacionaria de 2022.

Aunque la riqueza neta de los hogares aumentó, su crecimiento fue menor que el del avance de la economía nacional, por lo que la ratio cayó casi 3 puntos porcentuales, hasta el 197,9% del PIB.