La feria de verano, una temporada alta para los feriantes

Desde Bilbao hasta Málaga, pasando por las verbenas del centro de Madrid, las del barrio barcelonés de Gràcia o Albacete, el país entra durante lo que dura el verano en una fiesta ininterrumpida que vive su clímax en torno al 15 de agosto. Una estacionalidad que afecta también al sector de los feriantes, que viven una época de gran actividad.

El negocio de las ferias

El negocio de las ferias está integrado por unas 20.000 familias que durante al menos tres meses recorren España con sus atracciones en busca de trabajo. Los ingresos varían mucho dependiendo del tamaño y la importancia de cada evento. "En una ciudad importante puedes facturar diariamente de 1.000 a 2.000 euros diarios, mientras que en un pueblo hablamos de 300 a 400", explica Juan Antonio Almazán, feriante valenciano de 40 años.

Por norma general, el empresario se queda aproximadamente con el 10% de lo recaudado, ya que deben descontar numerosos gastos, como el personal, la cuota de autónomo, los ingenieros, los boletines de luz, el transporte y el montaje.

El trabajo de un feriante

El trabajo de un feriante no se mide en días ni en horas. "Somos autónomos 24 horas al día, siete días a la semana, especialmente en verano", comenta José María Ordóñez, natural de Ubrique (Cádiz) y dueño del Baby Infantil, un tiovivo con el que recorre Andalucía.

Las jornadas comienzan en la mañana y acaban a altas horas de la madrugada, e incluyen labores en gran parte invisibles como dedicar varias horas al mantenimiento y la preparación de las atracciones antes de recibir al público.

El impacto de la pandemia

El terremoto que provocó la pandemia de la covid todavía colea en el negocio de las ferias. "Cerca del 10% de los empresarios abandonaron la feria por otros trabajos. Los que se quedaron están camino de volver a una facturación similar a la de 2018", comenta Ángel Gutiérrez, presidente de la Unión de Industriales Feriantes de España (UIFE).

Sin embargo, algunos feriantes han notado una recuperación progresiva desde la reapertura. "Mi tiovivo es de niños chicos y, a pesar de que cada vez hay menos pequeños por la calle, desde el desconfinamiento voy ganando un poco más cada año", señala José María Ordóñez.

Conclusiones

La temporada alta de ferias es una época de gran actividad para los feriantes, pero también es un trabajo muy duro y sacrificado. El negocio está integrado por unas 20.000 familias que recorren España con sus atracciones en busca de trabajo. Los ingresos varían mucho dependiendo del tamaño y la importancia de cada evento, pero el empresario se queda aproximadamente con el 10% de lo recaudado. El trabajo de un feriante no se mide en días ni en horas, sino que son autónomos 24 horas al día, siete días a la semana. El impacto de la pandemia todavía colea, pero algunos feriantes han notado una recuperación progresiva desde la reapertura.