La gastronomía se convierte en el motor para la reactivación comercial de Nueva York
Tras los estragos causados por la pandemia y la inflación, que dejaron miles de escaparates vacíos en la Gran Manzana, el panorama comercial empieza a vislumbrar una luz de esperanza gracias al auge de los negocios de restauración.
Un renacimiento culinario
Taquerías, barras de sushi y locales de ramen proliferan por las calles neoyorquinas, ofreciendo opciones gastronómicas globales a precios asequibles. Este auge culinario ha sido el principal responsable de la reactivación de la actividad comercial, según un estudio del Departamento de Planificación Urbana.
El estudio revela que alrededor de 16.000 de los 143.000 escaparates de la ciudad estaban vacíos en el tercer trimestre de 2023, con una tasa de desocupación del 11%. Sin embargo, esta cifra ha disminuido en los últimos cuatro trimestres consecutivos.
El éxodo de Manhattan
Los distritos de Queens, Staten Island y el Bronx presentan tasas de desocupación inferiores al 10%, consideradas saludables. No obstante, Manhattan y Brooklyn, tradicionalmente zonas turísticas, registran un menor descenso en la oferta debido a los elevados alquileres comerciales.
Esta situación ha provocado el éxodo de emprendedores hacia zonas más asequibles, replicando la tendencia observada en Grecia durante la crisis de la deuda, cuando los negocios de restauración a precios populares florecieron.
Un pilar para la economía
Nueva York, conocida por su diversidad culinaria, se apoya ahora en bares y restaurantes para revitalizar su economía. Desde 2000, el número de restaurantes ha aumentado considerablemente, superando los 21.170, mientras que otros sectores minoristas han sufrido cierres y pérdidas de empleo.
Los trabajadores de la restauración fueron los primeros en sufrir los despidos durante la pandemia, pero el alza de los alquileres ha asestado un golpe aún mayor al sector. Sin embargo, el atractivo gastronómico de la ciudad está sirviendo de salvavidas para los escaparates vacíos.
Conclusión
La gastronomía se ha convertido en un motor de recuperación para el comercio de Nueva York, llenando los escaparates vacíos y brindando un nuevo impulso a la economía local. El auge de los negocios de restauración ha demostrado ser un faro de esperanza en un panorama que se tambaleaba por la pandemia y la inflación.