La guerra comercial de Trump ya ha comenzado, y las empresas de todo el mundo se preparan para los aranceles

A pesar de que Donald Trump aún no ha asumido la presidencia, las empresas de todo el mundo ya están sintiendo los efectos de su anunciada guerra comercial. La mera amenaza de aranceles universales está provocando una carrera para esquivar las balas arancelarias, lo que está provocando cuellos de botella en la cadena de suministro, mayores costos y vulnerabilidad a las interrupciones en caso de un shock económico.

Las empresas adelantan pedidos y buscan nuevos proveedores

En un intento por evitar los aranceles, algunas empresas están adelantando pedidos. Otros buscan nuevos proveedores o, si eso no es posible, renegocian los términos con los existentes. En todos los casos, la renovada tensión conlleva mayores costos, ya sea en forma de mayores inventarios y envíos urgentes con precios más altos, o la incertidumbre de arriesgarse a cambiar de proveedores cuya confiabilidad no está probada.

Los puertos de todo el mundo experimentan un aumento del tráfico

Los puertos de China han experimentado un crecimiento de dos dígitos en el tráfico de contenedores en las dos semanas previas a las elecciones, y ese frenesí ha aumentado aún más hasta alcanzar un aumento de casi el 30% en la segunda semana de diciembre. Del mismo modo, los vuelos internacionales de carga aérea han aumentado al menos un tercio cada semana desde mediados de octubre, y los economistas esperan que esto continúe a medida que los clientes se apresuren a realizar pedidos anticipados.

Las empresas temen el impacto de los aranceles

A pesar de todas las medidas preventivas que se están tomando, no hay garantía de que las estrategias que ayudaron a algunas empresas a soportar la primera guerra comercial de Trump funcionen ahora. Esta vez, tiene como objetivo tanto a aliados como a adversarios. Así lo dejó claro a finales de noviembre con su amenaza de imponer aranceles adicionales del 10% a los productos procedentes de China y del 25% a todos los productos procedentes de México y Canadá, sus socios comerciales preferentes.

Los consumidores pagarán la factura

En última instancia, serán los consumidores quienes paguen la factura. El problema es que, a pesar de todas las medidas preventivas que se están tomando, no hay garantía de que las estrategias que ayudaron a algunas empresas a soportar la primera guerra comercial de Trump funcionen ahora. Esta vez, tiene como objetivo tanto a aliados como a adversarios.

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