La industria del juguete se prepara para una Navidad concentrada y sin margen a la improvisación
Los fabricantes de juguetes se enfrentan a un reto cada Navidad: con una única visita al año y cada vez menos niños en sus listas, su supervivencia depende de una campaña navideña exitosa. Este año, el sector prevé una campaña más concentrada y unos resultados similares a los de 2023, cuando facturó en torno a 1.705 millones de euros.
Una campaña navideña concentrada
Las matemáticas del calendario agudizan la alta estacionalidad que caracteriza a la industria juguetera española. La noche de Reyes, que cae en domingo este año, se espera que concentre alrededor del 11% de la facturación, frente al 8,3% del año pasado. Además, se estima que las tres últimas semanas de la temporada acumulen más del 30% de los ingresos, frente al 25% de 2023.
Esta concentración se debe en parte a la inmediatez y los múltiples canales de compra disponibles en la actualidad, que hacen que los consumidores pospongan sus compras hasta el último momento. También influyen factores económicos.
Retos logísticos y búsqueda de mercados internacionales
Los problemas logísticos, como el aumento de los tiempos de tránsito y los costes de flete, suponen un reto adicional para las empresas juguetreras. Para hacer frente a estas dificultades, las empresas se ven obligadas a anticipar sus previsiones de producción y a tensionar toda su cadena de suministro.
Ante el estancamiento del mercado nacional, las empresas españolas están apostando por la internacionalización. En 2023, las exportaciones representaron más del 40% de las cuentas del sector, con Francia, Portugal e Italia como principales destinos.
El público adulto y la desestacionalización
La caída de la natalidad y el aumento de la precariedad económica suponen un desafío para la industria juguetera. Sin embargo, las empresas están encontrando nuevas oportunidades en el público adulto, que representa el 29% de la facturación y que se enfoca en el coleccionismo o en juegos desde una perspectiva diferente.
Este segmento ayuda a paliar la reducción de la población infantil y a desestacionalizar las ventas. Además, la industria también está trabajando en resaltar el valor del juego más allá de la Navidad y en desarrollar nuevas estrategias para atraer al público durante todo el año.
Los desafíos de la digitalización
La digitalización ha traído consigo nuevos desafíos para el sector juguetero. Las compras online han transformado el panorama del retail y han hecho que los consumidores estén más informados. Además, la migración desde los canales tradicionales a nuevas plataformas y formatos ha multiplicado los caminos para llegar a los clientes.
Los mercados electrónicos también han abierto una nueva puerta a las copias y productos inseguros, lo que supone una competencia desleal y un riesgo para la seguridad de los niños.
En conclusión, la industria del juguete se enfrenta a una Navidad concentrada y sin margen a la improvisación. Los fabricantes deben hacer frente a retos logísticos, buscar mercados internacionales y adaptarse a los nuevos comportamientos de los consumidores. Al mismo tiempo, están trabajando para desestacionalizar sus ventas y hacer frente a los desafíos de la digitalización.