La industria europea enfrenta un panorama desalentador, según el reciente informe publicado por S&P Global y Hamburg Commercial Bank (HCOB). El Índice de Gerentes de Compras (PMI) de la zona euro marcó su peor registro en tres meses al caer nuevamente en marzo. Experimentó un descenso de 0,4 puntos, pasando de 46,5 a 46,1. Esta disminución se atribuye principalmente a la contracción de las dos economías más grandes del continente: Alemania y Francia.
Si bien se observa una leve mejoría en otros países como Grecia, España e Italia, el sector manufacturero de la zona euro ha registrado su mejor desempeño en los últimos 11 meses. Sin embargo, aún no se encuentra en niveles que indiquen una recesión. En marzo, se notificó una desaceleración más gradual en los nuevos pedidos, aunque su ritmo de disminución ha continuado por quinto mes consecutivo. Esta menor presión de los mercados internacionales ha contribuido a frenar la caída de la demanda manufacturera de la zona euro, ya que las exportaciones han disminuido a un ritmo más lento.
Siguiendo esta tendencia descendente, los fabricantes de la zona euro han experimentado otro mes de disminución en los costos de insumos, mientras que los precios de venta han registrado su descenso más pronunciado en los últimos cinco meses. El economista jefe de HCOB, Cyrus de la Rubia, ha destacado que, aunque el sector manufacturero de la zona euro generalmente opera a través de cuatro países principales (Alemania, Francia, Italia y España) que representan tres cuartas partes del sector, "actualmente nos encontramos en una situación inusual en la que dos cilindros, Alemania y Francia, están más o menos fuera de servicio".
La industria española continúa rezagada en su proceso de recuperación. Bajo la sombra del pujante sector servicios, la facturación de la actividad manufacturera cerró 2023 con una caída del 1,6%, la mayor disminución en una década sin considerar el año de la pandemia, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El enfriamiento económico, provocado por el aumento de las tasas de interés y la incertidumbre geopolítica, ha exacerbado los efectos del incremento de los costos de las materias primas. Los empresarios confían en el impulso de la inversión en digitalización y la transición ecológica para superar el estancamiento del sector.
La crisis de la industria española está estrechamente ligada a la difícil situación que enfrenta el sector en el resto de la zona euro, con Alemania, su principal motor económico, en recesión. No obstante, la caída de la producción española, del 0,8%, fue un tercio de la registrada en el conjunto del continente, del 2,4%.