La inflación en la OCDE se mantiene estable, pero persisten desafíos para algunos países
Los niveles inflacionarios en los 38 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se mantuvieron estables en un promedio de 4,5% anual al mes de noviembre de 2024. Sin embargo, las diferencias entre las economías de los países miembros resaltan retos significativos.
Desafíos y presiones inflacionarias
Algunos países han logrado mantener su inflación muy por debajo del promedio, como Japón (0,9%) y Suiza (1,6%). Por otro lado, las economías con mayores presiones inflacionarias presentan niveles alarmantes: Turquía (85,5%), Argentina (94,8%) y Polonia (17,5%).
Los alimentos continúan siendo el rubro con mayor presión inflacionaria, con un incremento promedio del 4,3% en toda la región. Por su parte, los energéticos registraron un aumento más moderado del 1,2%, lo que ha contribuido a amortiguar el impacto general en algunos países.
En 14 de los 38 países miembros, los niveles inflacionarios siguen en ascenso, lo que subraya las dificultades que enfrentan ciertas economías para contener los precios en un contexto de recuperación económica y choques externos.
Factores que influyen en las diferencias
Las diferencias en las tasas de inflación entre los países de la OCDE responden a factores como:
- Políticas monetarias y fiscales
- Dependencia de las importaciones de energía
- Estructura del mercado laboral
- Factores idiosincrásicos propios de cada país
Medidas para controlar la inflación
La inflación seguirá siendo un tema prioritario para los países de la OCDE, especialmente para aquellos con presiones al alza. Si bien el promedio general refleja cierta estabilidad, la diversidad de situaciones internas exige soluciones específicas para cada economía.
En este contexto, se espera que los bancos centrales sigan evaluando cuidadosamente el equilibrio entre combatir la inflación y fomentar el crecimiento económico.
Mantener la inflación bajo control será crucial en los próximos meses, especialmente ante la posibilidad de nuevos desafíos externos. Lograr un balance será clave para garantizar el bienestar económico de los ciudadanos y la sostenibilidad de las economías en la región.