La inversión privada en España se encuentra por debajo de lo esperado desde 2021 (López, 2023). A pesar del robusto crecimiento económico del país, el gasto empresarial no ha seguido el ritmo del aumento del Producto Interior Bruto (PIB). Este desequilibrio se atribuye a una combinación de factores estructurales y coyunturales, principalmente a la composición del PIB.

Crecimiento económico impulsado por componentes de baja inversión

El sólido desempeño económico de España en los últimos cuatro años se ha basado en componentes que requieren poca inversión, como el consumo público, las exportaciones de servicios y el turismo. Las industrias que tradicionalmente impulsan la inversión, como la manufacturera, se han estancado, lo que obstaculiza el crecimiento de la inversión privada.

La inversión empresarial se estanca mientras la inversión pública aumenta

Las cifras de inversión no distinguen entre inversión pública y privada, pero los datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) sugieren que el descenso proviene del sector empresarial. El gasto empresarial en activos productivos apenas ha aumentado desde 2019, excepto en productos de propiedad intelectual. Por el contrario, la inversión pública ha mantenido una tendencia ascendente.

El Plan de Recuperación decepciona en la movilización de inversión privada

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia prometía impulsar la inversión privada en sectores clave como la transición ecológica y la digitalización. Sin embargo, la respuesta empresarial ha sido tibia y el efecto multiplicador esperado no se ha materializado.

Incertidumbre y otros factores frenan la inversión

La incertidumbre, tanto global como nacional, crea un panorama difícil de predecir para las empresas, lo que frena las decisiones de inversión. Otros factores, como un entorno regulatorio incierto y un sistema impositivo poco claro, también contribuyen a esta situación.

El sector de la construcción ejemplifica los desafíos de inversión

El sector de la construcción pone de manifiesto las tensiones estructurales que afectan a la inversión. A pesar del aumento de la creación de viviendas, la inversión en este sector no ha seguido el ritmo. Este déficit de inversión ha llevado a una escasez de viviendas y ha puesto de relieve la necesidad de políticas que estimulen la inversión privada y garanticen normativas más uniformes.

Implicaciones para el crecimiento económico y la productividad

La falta de inversión privada tiene implicaciones negativas para el crecimiento económico a corto plazo al reducir su contribución al PIB. Más preocupante es su impacto en el potencial de crecimiento a largo plazo. Un stock de capital insuficiente limita la productividad y la capacidad de la economía para generar riqueza sosteniblemente.

Para superar este desafío, se requieren medidas para aumentar la confianza empresarial, incentivar la inversión privada y abordar las tensiones estructurales que obstaculizan la inversión.