La Comisión Europea planea reforzar su poder con una reforma presupuestaria

La Comisión Europea está analizando una reforma estructural del presupuesto de la Unión Europea (UE) que pretende reforzar su poder al condicionar los pagos a los Estados miembros a la realización de reformas.

Una política de cohesión reformada

La propuesta implicaría transformar las partidas destinadas a la cohesión y la agricultura, estableciendo un sistema de pago único para los socios de la UE. Este cambio fortalecería la influencia de las capitales europeas sobre el reparto de fondos.

Además, la Comisión Europea quiere simplificar el sistema y dar más protagonismo a los países miembros. Esto se haría mediante la creación de un plan de pago único para cada Estado en lugar de los más de 500 programas actuales, lo que permitiría una mayor flexibilidad en el traslado de fondos entre partidas.

Esta revisión de la política de cohesión, que ha contribuido a reducir la pobreza en millones de europeos, ha generado críticas en algunos socios de la UE, que temen que se diluya y pierdan su voz en Bruselas.

Condicionalidad de los fondos

La Comisión Europea plantea vincular la concesión de fondos a la implementación de reformas políticas y al cumplimiento de objetivos específicos. Esta condicionalidad pretende mejorar la coordinación de las políticas económicas de la UE y suplir la ausencia de una unión fiscal.

Sin embargo, existen recelos entre los expertos en política de cohesión sobre esta vinculación, ya que los tratados de la UE establecen la política social y de cohesión sin especificar su forma de aplicación. La condicionalidad podría ser bien recibida si se centra en mejorar la ejecución de las inversiones, pero no tanto si conlleva sanciones.

Por ejemplo, el actual marco presupuestario exige el cumplimiento de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE para recibir fondos de cohesión. Su incumplimiento ha supuesto la congelación de miles de millones de euros para Polonia y Hungría, una decisión que no está en manos de las regiones, según fuentes cercanas a estas administraciones.

Críticas y debate

La reforma de la política de cohesión está sobre la mesa desde hace tiempo. Un informe encargado a un grupo de expertos aboga por cambios en esta política tradicional de la UE.

En Bruselas se ha impuesto el discurso de "extraer las lecciones aprendidas del Fondo de Recuperación" para realizar cambios importantes en el próximo presupuesto, que entrará en vigor en 2028. Estas lecciones incluyen condicionar la concesión de fondos a reformas e inversiones.

Desde las regiones, esta propuesta suscita preocupación, ya que temen que las reformas exigidas dependan de los gobiernos y parlamentos nacionales. Esto se refleja en la reducción de más de 500 programas operativos a 27.

El presidente del Comité de las Regiones, Vasco Alves Cordeiro, ha señalado que "la eliminación de los programas regionales y la creación de uno solo por país contradice todo lo dicho sobre la política de cohesión". Más de 130 regiones europeas han firmado una carta abierta contra la idea de un plan único por país.

La idea de la "simplificación" aparece en la carta con las líneas básicas que la presidenta de la Comisión Europea ha remitido al italiano Roberto Fitto, quien previsiblemente asumirá la cartera de Cohesión y Reformas en el próximo Colegio de Comisarios. Esta idea también figura en un documento de trabajo interno visto por EL PAÍS, que muestra el trabajo en curso para convertir los 530 programas actuales en uno por cada Estado, con capítulos específicos para transporte, agricultura, energía y seguridad.

Ampliación del presupuesto de la UE

También está aumentando el debate sobre la ampliación del presupuesto de la UE, actualmente limitado a algo más del 1% del PIB conjunto de los Veintisiete. En 2019, este porcentaje se duplicó temporalmente para crear el fondo de recuperación, lo que elevó el presupuesto a dos billones de euros.

Cita: Von der Leyen planea una reforma del presupuesto de la UE para reforzar el poder de la Comisión