Las nuevas Europas tras Trump 2

El desconcierto reina entre los líderes europeos tras el cambio de estrategia de Trump. Es difícil asimilar que, en plena guerra, Estados Unidos, el principal aliado de Europa, se haya unido al enemigo y negocie un acuerdo en solitario con el agresor.

En el último mes, los europeos han descubierto que nada es lo que parecía en política, economía y defensa. La traición es un contratiempo imposible de prever. Ante estas circunstancias, es urgente afrontar los errores propios y avanzar.

Los europeos están aprendiendo a marchas forzadas que Europa sigue estando muy condicionada por el nacionalismo de los viejos estados. La construcción de la Unión ha sido muy lenta y, lo que es peor, ha perdido la inspiración de la "fraternidad europea" a la que aspiraba Victor Hugo (1849) o la ambición de "una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos", de Schuman (1950).

Actualmente, existen diferentes Europas dentro de la Unión Europea. En este escenario, resulta muy útil el libro bien documentado Las economías europeas en el siglo XXI (Editorial McGraw Hill), coordinado por Antonio Garrido y Esteban Sanromá, catedráticos de Economía de la Universidad de Barcelona, que cuenta con la colaboración de destacados académicos.

"Existen numerosos libros sobre la economía de la Unión Europea", explica Garrido, "pero en este abordamos las muchas Europas existentes". La obra, con constantes comparaciones con Estados Unidos y China, resulta de gran utilidad para comprender el retraso europeo respecto a sus competidores.

Crecimiento económico y convergencia

En el análisis del crecimiento económico, los profesores José Luis García Delgado y Rafael Myro sostienen que "tras la implantación del euro, el proceso de convergencia se ha acelerado". Sin embargo, precisan que "la convergencia ha sido protagonizada exclusivamente por los países del centro y este de Europa más atrasados. Los del sur de Europa, con Italia a la cabeza, no se han acercado a los más desarrollados".

Sostienen que, ante la gran desventaja tecnológica de la UE frente a las empresas estadounidenses y chinas, Europa solo podrá salir fortalecida "con un gran esfuerzo de inversión y una mayor cohesión".

Investigación y desarrollo

Las distintas Europas también se reflejan en el esfuerzo en Investigación y Desarrollo (I+D), cada vez menor que el de Estados Unidos y China. En la UE, Alemania y Suecia superan el 3%, mientras que Rumanía y Bulgaria no llegan al 1%.

Mercado laboral

En el ámbito laboral, Sanromá observa que "a diferencia de Estados Unidos, Europa no es un mercado laboral de ámbito estatal, es decir, integrado". Señala la existencia de cinco modelos sociales y laborales distintos: nórdico, anglosajón, continental, mediterráneo y CEE (de los antiguos países del Este).

Sistema financiero

En el mundo financiero, Garrido analiza las diferencias con Estados Unidos y señala que los dos principales centros financieros europeos (Reino Unido y Suiza) están fuera del ámbito de la Unión. Puntualiza que, en la UE, pese a la existencia formal de un mercado único e incluso de la unión bancaria, el grado de integración de los sistemas bancarios de la eurozona es escaso, por no decir inexistente.

La guerra está acelerando la historia y la UE no puede perder más tiempo.