Las recetas económicas contrastadas de Kamala Harris y Donald Trump

A poco más de una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los candidatos Kamala Harris y Donald Trump presentan sus propuestas económicas, que difieren en casi todos los aspectos.

Impuestos

Los impuestos siempre son un tema central en las elecciones estadounidenses, pero es el Congreso el que los fija, no el presidente. Trump ha hecho las promesas más agresivas de recortes de impuestos. Propone extender indefinidamente los recortes de impuestos de 2017, que benefician especialmente a las rentas más altas, e implementar otras medidas para atraer a grupos de votantes específicos, como eximir de impuestos las propinas de los trabajadores de la hostelería y las horas extraordinarias y prestaciones de la Seguridad Social. Por su parte, Harris solo quiere extender los recortes de impuestos de 2017 para los hogares que ganan menos de 400.000 dólares al año, lo que supondría un aumento de impuestos para las rentas más altas.

Aranceles

Las propuestas comerciales de los candidatos también son muy diferentes. Trump propone imponer aranceles recíprocos a las importaciones estadounidenses iguales a los tipos que los socios comerciales imponen a las exportaciones de Estados Unidos, y un arancel básico universal del 10% al 20% sobre todas las importaciones. Para China, Trump ha prometido un arancel del 60% sobre todas las importaciones y aranceles del 100% para los coches importados de México. Harris, por su parte, plantea continuar con la política de apoyo a las inversiones en fabricación de semiconductores, energía limpia e inteligencia artificial, y centrarse en aranceles específicos y estratégicos para apoyar a los trabajadores estadounidenses.

Inmigración

La batalla sobre la inmigración es más bien política, pero tiene enormes repercusiones económicas. Trump vincula la inmigración a la inseguridad y la delincuencia, y propone medidas para atajar la inmigración irregular, incluida la polémica propuesta de "deportación masiva" de inmigrantes. Harris también propone medidas para atajar la inmigración irregular, pero su enfoque es más continuista con respecto a la política de Biden, que se ha centrado en invertir en seguridad fronteriza y ampliar las vías legales para la inmigración.

Vivienda

El aumento de los tipos de interés ha dificultado el acceso a la vivienda. Harris propone conceder a los compradores de primera vivienda hasta 25.000 dólares para ayudarles con el pago inicial y una desgravación fiscal para apoyar la construcción de viviendas de alquiler asequibles. Trump propone permitir la construcción de nuevas viviendas en porciones limitadas de terrenos federales y fomentar la propiedad de la vivienda mediante incentivos fiscales y ayudas a los nuevos compradores.

Energía

Mientras Harris apuesta por fomentar las inversiones en fuentes de energía limpias, Trump quiere derogar los incentivos a las energías verdes y apostar de lleno por las energías fósiles. El lema de Trump es "perforar, perforar, perforar" y quiere eliminar los obstáculos al desarrollo del petróleo y el gas, ampliar las exportaciones de GNL y revertir las restricciones a las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sanidad

Harris propone ampliar y reforzar la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (Obamacare), extender a todos los estadounidenses el límite de 35 dólares mensuales de coste para la insulina y de 2.000 dólares para los gastos farmacéuticos, y acelerar las negociaciones para abaratar los medicamentos que paga la sanidad pública. Trump también defiende reducir los costes de los medicamentos con receta y los costes sanitarios en general, aumentar la transparencia del sector y promover la capacidad de elección y la competencia.

Regulación

Se espera que una segunda Administración Trump se traduzca en un clima regulatorio más fácil para varios sectores, aparte de la energía, incluidos el financiero y el tecnológico. Harris, por su parte, ha propuesto aumentar la regulación de las grandes empresas tecnológicas.

Conclusión

Las propuestas económicas de Kamala Harris y Donald Trump son muy diferentes y tendrán un impacto significativo en la economía estadounidense. Los votantes tendrán que decidir qué candidato creen que tiene las mejores políticas para el país.