Los fondos europeos van llegando poco a poco, pero sigue habiendo dificultades

El desembolso de los fondos europeos destinados a España avanza con dificultad. En 2023, solo se han ejecutado 10.200 millones de euros, lo que representa el 0,7% del PIB, según datos de la Comisión Europea. Desde que se inició el Plan de Recuperación, hace tres años, se han gastado cerca de 18.000 millones de euros, que se suman a los 2.400 millones de 2021 y los 5.200 millones de 2022. El total de las ayudas no reembolsables, que asciende a cerca de 80.000 millones de euros, debería estar abonado en agosto de 2026. Este es el plazo límite establecido en la legislación, lo que significa que en dos años y medio, desde 2024 hasta mediados de 2026, se tendrían que ejecutar unos 60.000 millones de euros para evitar perderlos. También es necesario conceder otros 80.000 millones de euros en financiación, que podrán ejecutarse y devolverse más adelante.

Aceleración necesaria

Aunque el Ejecutivo europeo prevé desembolsar otros 20.000 millones de euros este año, lo que representaría el 1,3% del PIB, es evidente que es necesario acelerar la ejecución para cumplir con los plazos. Así lo subraya la Comisión en sus recomendaciones publicadas esta semana. El dato de los 18.000 millones de euros es el dinero que ya se ha pagado. Por su parte, el Gobierno suele valorar la evolución tomando las cifras de lo que se ha adjudicado, que ascienden a más de 35.000 millones de euros. Esta cifra es muy relevante porque se trata de partidas que ya tienen destinatario y, por lo tanto, son inversiones que ya se pueden movilizar, aunque el adjudicatario no haya recibido los fondos.

Problemas y retos

Pese a los avances, existen dificultades para materializar los fondos europeos. En primer lugar, hay un problema de capacidad de absorción, es decir, si el tejido productivo será capaz de tener proyectos y ejecutarlos para aprovechar estos fondos. En este sentido, la falta de mano de obra en sectores como la construcción se antoja como un obstáculo. También cabe preguntarse si habrá demanda suficiente para los 80.000 millones de euros en préstamos reembolsables.

Además, la Comisión Europea ha advertido sobre los "desafíos cada vez mayores" que enfrenta la implementación del Plan de Recuperación de España. Asimismo, ha señalado que serán necesarios "esfuerzos renovados" para desplegar los fondos con éxito. En sus recomendaciones, ha pedido a España que "acelere las inversiones, dando respuesta a los retrasos que están surgiendo a la vez que se asegura una capacidad administrativa robusta" para gestionarlos. También añade que "el tamaño y la complejidad del plan exigen acciones para asegurarse de que las reformas y las inversiones puedan ser totalmente completadas a tiempo".

Puntos positivos y avances

A pesar de los retrasos, fuentes de la Comisión destacan que España es uno de los países más avanzados en la ejecución. De hecho, ya ha recibido unos 38.000 millones de euros, a los que pronto se sumarán los 10.000 millones del cuarto pago. Solo Italia ha recibido más fondos. Conseguir los fondos europeos fue un éxito del Gobierno, pero la tarea de ponerlos en marcha ha sido ardua. El plan se ha enfrentado a multitud de obstáculos, como un problema de expectativas, ya que se anunció que se gastarían en los presupuestos de los tres años siguientes cuando ya se sabía que semejante objetivo sería muy difícil de alcanzar.

Además, hubo que diseñarlo cumpliendo con numerosos controles y requisitos comunitarios. Los funcionarios encargados de su gestión son los mismos que tienen que hacer frente al día a día de la Administración. Por otro lado, los fondos no podían destinarse exclusivamente a infraestructuras, ya que ya existe una dotación importante para este fin. Por lo tanto, había que orientarlos a la transformación de la economía, especialmente a la transición ecológica y digital. Para ello, era imprescindible contar con el sector privado, pero la Comisión puso muchas restricciones a las ayudas a las empresas al considerar que iban en contra de la competencia.

Cualquier objetivo de transformación requiere un diseño y unos plazos amplios. Es necesario tiempo para dialogar con el sector privado, negociar con Bruselas, planificar, preparar las licitaciones, publicarlas, resolverlas y, posteriormente, ejecutarlas. Aunque en algunos proyectos se adelanta el dinero, también se tarda mucho en ir pagando conforme se van realizando las inversiones, se certifican y, en algunos casos, se auditan. Todos estos factores explican el retraso respecto a lo que se anunció inicialmente. Además, todos los Estados de la UE están teniendo dificultades para avanzar con sus planes. España tiene el inconveniente adicional de ser un Estado descentralizado, lo que hace que muchas inversiones dependan de las competencias de las comunidades autónomas, lo que retrasa aún más los procesos.

Conclusión

Los fondos europeos están llegando a España, pero el ritmo de ejecución es lento y existen dificultades para aprovecharlos. Para cumplir con los plazos, es necesario acelerar la ejecución y resolver los problemas que están surgiendo. A pesar de los retrasos, España es uno de los países más avanzados en la ejecución y se han conseguido avances significativos. Sin embargo, es fundamental mantener el esfuerzo y la colaboración entre todas las partes implicadas para garantizar el éxito del Plan de Recuperación.

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