El verano toca a su fin y con él la temporada alta de los hinchables. El sector, que engloba desde castillos hinchables hasta flotadores de playa, ha vivido un año de récord, con previsiones de crecimiento anual global superiores al 12% en la próxima década. Sin embargo, el sector también afronta retos como la garantía de la seguridad en verano y la dependencia de una cadena de suministro centrada en China.
Retos del sector
El calor estival es uno de los principales desafíos para los hinchables. Las altas temperaturas pueden dañar las instalaciones y hacerlas más inseguras, por lo que la Asociación Española de Juegos Hinchables (AEJH) alerta sobre la vulnerabilidad de estos equipamientos al clima extremo.
La dependencia de proveedores extranjeros, especialmente de China, es otro punto débil del sector. Cerca del 70% de los juguetes importados por España en 2022 procedían del gigante asiático, una cifra que evidencia la concentración de la cadena de suministro.
El éxito de los parques hinchables
A pesar de los desafíos, el sector de los hinchables muestra buena salud. El parque hinchable FunBox, que presume de ser el más grande del mundo, ha recibido más de 300.000 visitantes en apenas un año de operaciones en España. El éxito del parque se debe en parte a su modelo de negocio, que ofrece una "experiencia" veraniega.
Otros parques hinchables, como Bulky Games y Agua Park Toledo, también están ganando popularidad. Estos parques ofrecen recorridos de obstáculos y atracciones acuáticas que atraen a familias y grupos de amigos.
Seguridad y regulación
La seguridad es un aspecto crucial para las empresas de hinchables. El sector, al igual que el de los juguetes, debe enfrentarse a la circulación de productos que no cumplen con la normativa europea, especialmente los importados. Para garantizar la seguridad, algunos fabricantes proponen implantar un sistema de inspección como el PIPA del Reino Unido, que examina las instalaciones anualmente.
La falta de aplicación de la normativa vigente es otra preocupación del sector. Lars Vogt, director de política europea de la patronal Industrias Jugueteras de Europa (TIE), denuncia que "cuando el vendedor no está en Europa, nadie puede hacerse responsable de los productos que no cumplen".