Los jóvenes, entre los más beneficiados por la recuperación del empleo tras la pandemia

Los jóvenes están entre los grupos más beneficiados por la última etapa de recuperación del empleo tras la pandemia y, en particular, por las medidas de la reforma laboral de 2022 para fomentar el empleo fijo. En junio pasado, el ritmo de creación de empleo de los menores de 30 años rozó el 5% anual, justo el doble de lo que creció la ocupación en general (2,5%), alcanzando un récord de jóvenes afiliados a la Seguridad Social de 3,32 millones.

La tasa de paro de este colectivo también ha descendido en mucha mayor media que el desempleo en la economía. En concreto, se ha situado en el 19,8% en el segundo trimestre de 2024, cinco puntos menos que en 2019, antes de la pandemia. Esta reducción es tres puntos superior a la registrada por la tasa de paro nacional (2,8 puntos hasta el 11,3%) en ese mismo periodo de tiempo.

También el impacto de la reforma laboral ha sido mayor en los menores de 30 años, entre los que los contratos fijos han crecido un 102% y ya son el 41% del total de jóvenes cotizantes. Al tiempo, la tasa de temporalidad de la afiliación juvenil presenta resultados positivos, ya que ha disminuido 17,8 puntos desde la entrada en vigor de la reforma, según las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA), que sitúan el nivel de parcialidad del colectivo casi en el 34%.

El reto de la parcialidad

Sin embargo, este recorte ha sido muchísimo menor en la parcialidad de los contratos, que solo ha caído dos puntos en el mismo periodo, situándose en casi el 26%, con lo que uno de cada cuatro jóvenes tiene un contrato con jornada parcial, lo que supone 12 puntos por encima de la tasa general de la economía. Es más, si se desciende al detalle de los grupos de edad, desde la reforma laboral, la parcialidad ha caído al 16,4% entre los que tienen 25 y 29 años, pero ha crecido al 36,4% entre aquellos que tienen de 20 a 24 años y ha subido también al 57% en los más jóvenes (de 16 a 19 años).

Las dos principales razones por las que los jóvenes tienen una jornada reducida son: porque quieren compaginarlo con sus estudios (en el 42,4% de los casos, algo que hace 10 años solo afectaba al 19% de los jóvenes); y por no haber encontrado trabajo a jornada completa (también un 42,3% frente al 68% que respondía esta opción 10 años antes).

Sueldos bajos y dificultad para independizarse

Los sueldos son una pieza clave a la hora de que se produzca la emancipación. Según los datos del decil de salarios del empleo principal de la EPA de 2022 (último año disponible) los jóvenes recibían una retribución bruta media de 1.558,3 euros al mes en doce pagas, lo que supone un salario bruto que no llega a 18.700. Esta cantidad es un 27% inferior al salario medio de la población en su conjunto. Además, este grupo de trabajadores ha perdido dos puntos porcentuales de poder adquisitivo durante la crisis inflacionaria de 2021 y 2022. Si bien el aumento del salario mínimo interprofesional un 26% en este periodo ha mitigado en parte este recorte del poder de compra.

No obstante, todas las mejoras de condiciones laborales, en particular las relacionadas con la temporalidad, “no han tenido suficiente impacto como para mejorar significativamente el nivel de ingresos de las personas jóvenes”, insisten los autores del informe de la asociación de jóvenes Ruge, del sindicato UGT. Por ello, el mayor nivel de paro, temporalidad y parcialidad que siguen teniendo los menores de 30 años explican que, según datos de la Agencia Tributaria, casi ocho de cada 10 personas menores de 26 años no alcancen el salario mínimo anual equivalente a tiempo completo (14.000 euros en 2022), un porcentaje que desciende al 40% para la población de 26 a 35 años.