El panorama económico de España: crecimiento y empleo, pero preocupaciones por el poder adquisitivo
Las cifras macroeconómicas españolas presentan un escenario positivo, con revisiones al alza de las previsiones de crecimiento y un fuerte tirón del empleo. Sin embargo, las encuestas cualitativas muestran un panorama más complejo, con preocupaciones crecientes sobre el poder adquisitivo.
Pérdida de poder adquisitivo
El brote inflacionario registrado en los últimos años ha erosionado el poder adquisitivo de amplias capas de la sociedad. En el bienio 2021-2022, la remuneración media por asalariado retrocedió casi un 5,5% en términos reales, y la recuperación posterior ha sido incompleta.
La pérdida de poder adquisitivo no ha sido uniforme, afectando con mayor intensidad a las clases populares debido al peso de componentes inflacionarios como la alimentación, la electricidad y los alquileres.
Desafíos para la política económica
La política económica se enfrenta al reto de mantener el dinamismo del mercado laboral y, al mismo tiempo, atender las expectativas de mejora de ingresos de la población. Hasta ahora, el foco se centraba en los trabajadores con bajos ingresos, pero la pérdida cuasi generalizada de poder adquisitivo plantea un desafío más profundo.
El problema de fondo radica en la debilidad de la productividad, que refleja la insuficiencia de las políticas anteriores en un contexto global cambiante. De momento, ningún país europeo ha encontrado la fórmula mágica para abordar este desafío.
Esperanzas de recuperación
A pesar de las preocupaciones actuales, el mercado laboral español ha experimentado un crecimiento significativo, con la incorporación de 1,5 millones de nuevos ocupados. Esto se debe en gran medida a la contratación de parados, jóvenes e inmigrantes.
Los expertos confían en que las medidas implementadas por el Gobierno, como la subida del salario mínimo, contribuyan a mejorar el poder adquisitivo y a impulsar la recuperación económica.
En conclusión, la economía española muestra signos positivos de crecimiento y empleo, pero persisten preocupaciones sobre el poder adquisitivo. La política económica deberá abordar estos desafíos para garantizar una recuperación sostenida y equitativa.