México Evalúa Estrategias ante Aranceles de Trump: Negociación en Lugar de Confrontación
En un contexto de creciente tensión comercial, México se encuentra actualmente analizando cuidadosamente sus opciones frente a la reciente imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio, afectando directamente a su vecino del sur. Esta medida, implementada por el gobierno de Donald Trump, está generando preocupación en diversos sectores de la economía mexicana, a pesar de la existencia del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) y los esfuerzos bilaterales en curso.
La Postura de México: Un Enfoque Cauteloso
Negociaciones en Curso
En las próximas semanas, Marcelo Ebrard, secretario de Economía, y Edgar Amador, secretario de Hacienda, tienen previsto reunirse con sus contrapartes en Washington para abordar este tema crítico. El objetivo principal es encontrar una solución que mitigue el impacto de los aranceles en la economía mexicana, especialmente en sectores clave como el automotriz.
Reacciones Internacionales y la Industria Mexicana
Mientras que la Unión Europea y Canadá ya están implementando aranceles recíprocos en respuesta a las políticas comerciales de Trump, México está eligiendo un camino diferente, al menos por ahora. Sheinbaum ha asegurado que está trabajando estrechamente con la industria siderúrgica mexicana, buscando soluciones conjuntas para enfrentar este desafío. Hasta el momento, el empresariado mexicano ha mantenido silencio público, aunque la preocupación por el impacto de los aranceles es palpable.
El Impacto Económico y las Posibles Estrategias
El sector del acero y el aluminio representa una parte importante de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, con envíos anuales que superan los 20.000 millones de dólares. En 2024, México exportó más de 6.500 millones de dólares en acero al mercado estadounidense, lo que representa el 80% de sus envíos internacionales de este material (Suárez, 2025). Sin embargo, México también importa acero especializado de EE. UU., lo que genera un superávit comercial a favor de este último de 6.800 millones de dólares.
Según Jesús Carrillo, director de Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), imponer aranceles recíprocos podría no ser la estrategia más conveniente para México, dado que importa una cantidad considerable de aluminio y acero de Estados Unidos. En cambio, Carrillo sugiere que el gobierno de Sheinbaum podría considerar la imposición de tarifas a otros productos estratégicos que México compra a EE. UU., como la carne de cerdo y algunos productos agrícolas.
Argumentos de Estados Unidos y el Contexto Global
Trump ha justificado los aranceles argumentando que las importaciones de acero y aluminio de Canadá y México han aumentado significativamente, amenazando la seguridad nacional de Estados Unidos. La Casa Blanca también ha señalado que las importaciones han superado los estándares comerciales históricos en varias líneas de productos clave, incluyendo las barras largas de refuerzo. Además, se ha expresado preocupación por el posible transbordo de acero proveniente de China a través de México.
El Camino a Seguir: Negociación y Mesura
Pedro Tello, experto en temas industriales, señala que la decisión de México de no anunciar represalias comerciales se debe a la presencia de la delegación encabezada por Marcelo Ebrard, cuyo objetivo es desactivar los aranceles a través de negociaciones. Tello destaca el superávit comercial que Estados Unidos tiene con México en el intercambio de estos productos, así como el cumplimiento del acuerdo suscrito con el gobierno de Biden en julio pasado, que exige que el acero exportado por México sea «fundido y vertido» en América del Norte para evitar el uso de acero chino (Suárez, 2025).
Próximos Pasos
En conclusión, México está apostando por una estrategia de negociación y diálogo para resolver la disputa arancelaria con Estados Unidos. La presidenta Sheinbaum ha convocado a la mesura y la cautela, buscando una tercera vía que permita a México evitar el muro arancelario de Trump sin poner en riesgo otros sectores estratégicos de su economía. El tiempo apremia, ya que México tiene apenas unas semanas para lograr un acuerdo favorable en Washington.