La ofensiva del gobierno mexicano contra las mercancías ilegales provenientes de Asia, principalmente de China, continúa cobrando fuerza en medio de las crecientes tensiones internacionales antes de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Bajo la dirección de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la Secretaría de Economía ha intensificado sus esfuerzos para combatir la piratería, confiscando más de 8 mil millones de pesos en productos apócrifos en las últimas siete semanas.
El decomiso de zapatos, juguetes, ropa, alimentos y productos para bebés ha formado parte de los denominados Operativos Limpieza, que han abarcado varios estados del país, incluidos Sonora, Coahuila, Baja California y Durango.
Incautaciones masivas y medidas adicionales
Estas acciones han resultado en la incautación de millones de productos y la cancelación de siete licencias de operación en el comercio exterior. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha anunciado que los decomisos continuarán este año y que se espera concluirlos en todos los estados para febrero.
Además de los operativos, el gobierno mexicano ha implementado barreras arancelarias sobre las importaciones chinas de textiles, acero y otros productos. Esta medida busca reducir el creciente déficit comercial de México con China, que asciende a más de 78 mil millones de dólares.
En el contexto de la incertidumbre causada por la presidencia de Trump y sus amenazas de aumentar los aranceles, México ha elaborado un plan para sustituir las importaciones provenientes de China. El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha señalado que se buscarán productos alternativos en Norteamérica o México.
Reacciones y desafíos
Expertos en comercio internacional consideran que los Operativos Limpieza son más una estrategia mediática que una solución real al problema de las mercancías ilegales. Adolfo Laborde, del CIDE, afirma que estos operativos no cambiarán la relación comercial entre México y China.
Ignacio Martínez Cortés, de la UNAM, sostiene que estas medidas no abordan los problemas comerciales fundamentales con China, como la migración, el fentanilo y la inversión tecnológica. Según Martínez, Washington presionará a México para que frene la inversión tecnológica china en la región.
Los decomisos, a pesar de su magnitud, han puesto de manifiesto la corrupción en las aduanas, donde empresas grandes compran lotes de mercancías ilegales con permisos expedidos por la Secretaría de Economía para su posterior comercialización.
El gobierno de Estados Unidos también ha ejercido presión sobre México para que adopte medidas contra la inversión tecnológica, el tráfico de fentanilo y la inversión automotriz china. Las medidas arancelarias implementadas por México no han logrado mitigar las preocupaciones de China sobre su modelo de desarrollo.