México se prepara para recibir deportaciones masivas

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, planea deportar a millones de inmigrantes indocumentados, y México debe estar preparado para recibirlos, advirtieron expertos.

Detenciones y retornos en masa

Mariana Aparicio Ramírez, del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos, señaló que Trump cuenta con el apoyo de la ciudadanía estadounidense, lo que hace que sus planes de deportación sean "políticamente viables".

México debe prepararse para "detenciones y el retorno en masa de mexicanos y otros latinos", agregó.

Cooperación difícil

Claudia Maya López, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (Cisan), advirtió que la cooperación entre México y Estados Unidos podría volverse tensa debido a las políticas de Trump.

"La cooperación podría ser dura, pragmática y, por momentos, ríspida", dijo.

Implicaciones en la seguridad

Tomás Milton Muñoz Bravo, del Centro de Relaciones Internacionales (CRI), señaló que las políticas migratorias de Trump también podrían tener implicaciones en la seguridad fronteriza.

Si Estados Unidos cataloga a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, podría aumentar la militarización de la frontera y generar tensiones entre ambos países.

Integración de deportados

Los expertos también discutieron las opciones para integrar a los deportados en el mercado laboral mexicano.

Maya López sugirió agregarlos al sector agrícola para satisfacer la demanda de mano de obra.

Muñoz Bravo señaló la importancia de implementar políticas de pleno empleo y aumentar el gasto en infraestructura para evitar que los deportados se conviertan en criminales.

Preocupación por la violencia y el racismo

Además, los expertos expresaron preocupación por el potencial aumento de la violencia y el racismo en Estados Unidos bajo la presidencia de Trump.

Muñoz Bravo recordó que en el primer mandato de Trump, los actos de violencia contra los inmigrantes aumentaron en más del 30%. Además, los grupos neonazis y neofascistas podrían sentirse empoderados, lo que podría conducir a más crímenes de odio.