La Casa Rosada resta importancia al paro, pero observa las señales de alarma
El paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) para este 9 de mayo tendrá impacto en numerosas ramas de la actividad, con la consecuente pérdida de producción, en momentos en que las industrias ya registran índices de utilización de la capacidad instalada cercanos al 60%.
Acaso la mayor novedad en términos efectivos es que se hayan plegado las dos líneas de la CTA y que gremios antagónicos, que responden a una u otra central obrera, hayan lanzado comunicados conjuntos. Por caso, ayer los sindicatos de UPCN y ATE, que representan desde veredas opuestas a los trabajadores públicos, firmaron un texto común en el que denuncian "el desmantelamiento del Estado".
La encrucijada del Gobierno
El Gobierno libertario instauró un nuevo escenario de polarización donde no hay lugares para grises. La encerrona en la que se encuentran quienes optaron por esa estrategia es otro foco de atención. Algunos la observan y deciden rápido. Por ejemplo, el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo ya se para en las baldosas de La Libertad Avanza: "A la Argentina no la vamos a sacar adelante durmiendo", se alineó el jefe provincial, ya corrido de Unión por la Patria.
La respuesta de la oposición
Así, este segundo paro general contra la administración de Javier Milei, sustentado en despidos no solo en el Estado y en un rechazo a la ley de bases, será otro parteaguas. "La oposición más dura, como el peronismo o la izquierda, lo va a bancar; el Gobierno y sus aliados van a repudiar. No cambia nada en términos políticos, cada cual le habla a los suyos", expresaban desde filas kirchneristas en la previa, donde no obstante aceleran el posicionamiento hacia una oposición sin medias tintas.
La estrategia excede el paro
Pero la estrategia excede el paro. Y en la discusión inmediata, las calles vacías no torcerán para ningún lado las negociaciones en el Congreso en torno a la ley de Bases. Son diálogos que van por otros carriles. En especial luego de que Unión por la Patria reafirmara que los 33 senadores no se fugarán y ya el derrotero marca un potencial retorno del texto a Diputados, con cambios en el régimen de grandes inversiones (RIGI), fundamental para el Gobierno.
En el Gobierno minimizan el impacto del paro, pero tampoco dejan de tomar notas. "El paro le jode la vida a la gente y a las empresas", dijeron desde la Casa Rosada, donde no consideran el acatamiento como una señal de descontento por la sencilla razón de que no hay transporte público operativo.
Para medir el acatamiento, el oficialismo prestará especial atención a la cantidad de manifestantes que se acerquen a la Plaza de Mayo. Si la concurrencia es menor a la del 17 de marzo, cuando se movilizaron unas 100.000 personas en rechazo a la ley de bases, sería un dato positivo para el Gobierno.
Una nueva grieta
Por eso, más allá de los discursivo, una de las luces del tablero que mira el Gobierno es que en la nueva divisoria, los grises empiecen, de a poco, a darle la espalda. Así como la CGT y las CTA van de la mano. Casi como una necesidad de polarizar la sociedad entre quienes apoyan al Gobierno y quienes se oponen.