Pedro Sánchez y el IEF: reconciliación y promesas tras años de tensión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto seis años después a clausurar un acto del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), el mayor lobby empresarial de España, que representa a 100 empresas como Mercadona, Santander, Puig, Banca March, Acciona, Iberostar, Sener o Barceló, con una facturación equivalente al 16 % del PIB.

En su discurso, Sánchez ha destacado el “papel decisivo” de las empresas familiares en la economía y el empleo, y les ha ofrecido la ayuda del Gobierno a cambio de inversiones productivas, en contraste con el tono beligerante de su anterior intervención en 2018.

El 'deshielo' entre Sánchez y el IEF

El último acto de Sánchez con estos empresarios fue en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar de 2018 en Valencia, donde el ambiente se caldeó cuando el presidente llegó tarde y anunció una subida del Impuesto sobre Sociedades. Esta vez, el recibimiento ha sido muy distinto: los cerca de 100 empresarios le han recibido de pie y con un fuerte aplauso.

Este cambio de actitud se ha visto reflejado en el discurso de Sánchez, que ha evitado cualquier mención a subidas de impuestos y ha hecho hincapié en los atributos positivos de la empresa familiar: “La visión a largo plazo que os caracteriza os permite realizar más inversión, tener mejores condiciones laborales y ofrecer mayor estabilidad”.

Compromisos para el futuro

El presidente del Ejecutivo ha considerado que todavía hay margen para seguir ahondando en la protección de los trabajadores y al mismo tiempo redistribuir beneficios. En este sentido, ha animado a los empresarios a mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores y a invertir en el futuro.

Por su parte, Sánchez ha verbalizado el primer compromiso del Gobierno con los empresarios: “Tenemos que usar los beneficios actuales para conseguir ganancias de productividad”. Además, ha asegurado que el Gobierno “será vuestro aliado” para que las empresas sean más competitivas con reformas como la ley de startups o la ley Crea y Crece.

Tras el discurso, Sánchez abandonó la sala estrechando la mano de todos los empresarios y compartiendo un cóctel con ellos, en un ambiente distendido que marca un nuevo capítulo en las relaciones entre el Gobierno y el IEF.