La industria farmacéutica sufre un duro golpe tras los cambios en el sistema de compras de medicamentos

A diferencia de muchos empresarios, Rafael Gual Cosío, director de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), no se corta al criticar el legado de la actual Administración. El sector de la salud ha sido uno de los más perjudicados bajo el mandato de Andrés Manuel López Obrador, quien desde 2019 ha modificado siete veces el sistema de adquisición de medicamentos públicos.

Estos cambios han provocado una disminución en el abastecimiento de medicamentos del 98% al 70%, asegura Gual. Además, el Gobierno adeuda a la industria farmacéutica cerca de 10.000 millones de pesos, lo que agrava aún más la situación.

Falta de diálogo y acusaciones sin fundamento

Gual señala la falta de diálogo y transparencia como uno de los principales problemas. Según él, el Gobierno ha acusado injustificadamente a la industria de corrupción, basándose en los Panama Papers. Sin embargo, las empresas implicadas en ese escándalo eran distribuidoras privadas, no laboratorios farmacéuticos.

Gual critica que el Gobierno decidiera hacerse cargo de la distribución y fabricación de medicamentos sin contar con la experiencia necesaria. Esta decisión ha provocado compras directas y corrupción, ya que la nueva oficialía mayor no tenía idea de cómo llevar a cabo la licitación.

Impacto económico y social

La escasez de medicamentos tiene un grave impacto económico. Cuando se trata de salud, la inversión se traduce en productividad, ya que una persona enferma no puede generar los mismos ingresos. México invierte solo el 2,7% del PIB en salud, mientras que la media de la OCDE es del 8% y Estados Unidos invierte el 21%.

Esto ha provocado un aumento del 42% en el gasto de bolsillo de los mexicanos en el último año, según datos de Coneval. La gente tiene que financiar de su propio bolsillo lo que el Gobierno no les proporciona.

Críticas a la "megafarmacia"

Gual también critica el proyecto de la "megafarmacia", un almacén centralizado para medicamentos. Según él, no hay ningún país que centralice los medicamentos de esta manera, ya que tiene problemas logísticos y de caducidad.

Gual concluye con un sentimiento de amargura por el deterioro que ha sufrido la industria farmacéutica durante esta Administración. Todo lo construido en los últimos años se ha echado abajo y se ha vuelto a la situación anterior, en la que los estados no tenían capacidad para atender a sus poblaciones.