Ramadán en Egipto: Entre la fe, la tradición y el auge del consumo

El Ramadán, el noveno mes del calendario islámico, está transcurriendo, marcando un período de profunda reflexión espiritual y fortalecimiento de los lazos comunitarios para los musulmanes de todo el mundo. Sin embargo, en Egipto, este mes sagrado también está experimentando un incremento notable en el consumo, transformándose en un fenómeno socioeconómico complejo y multifacético, según reporta Marc Español (2025) en El País.

La dualidad del Ramadán: Espiritualidad y consumo

Mientras la mayoría de los musulmanes están observando el ayuno desde el amanecer hasta el atardecer, uno de los cinco pilares del Islam, en Egipto se está observando un curioso auge en el gasto en comida, regalos y actividades de ocio. Este incremento, según Español (2025), tiene similitudes con la temporada navideña, donde las familias están dedicando más tiempo juntas, adornando sus hogares y calles, y aumentando significativamente su gasto, adaptándose la publicidad a esta atmósfera festiva.

«El Ramadán en Egipto se está caracterizando por una mezcla de fervor religioso y un aumento considerable en el consumo», afirma Español (2025).

Preferencias de consumo durante el Ramadán

Estudios recientes están revelando que, si bien el aspecto religioso es importante, los egipcios están valorando especialmente las reuniones familiares y sociales, la espiritualidad y el ambiente festivo que rodea al Ramadán. Esta priorización se está reflejando directamente en sus patrones de consumo.

Una encuesta realizada por Ipsos en Egipto este año está indicando que el 60% de la población está ahorrando en los meses previos al Ramadán para prepararse para el aumento de gastos. Además, el 75% está reconociendo que su consumo aumenta durante este mes, y un 89% está aprovechando para realizar compras. Los jóvenes y las personas de ingresos medios y altos son los que más están saliendo durante el Ramadán, según Español (2025).

¿En qué están gastando los egipcios su dinero durante el Ramadán?

Según una encuesta de 2024 de TGM, las familias egipcias están destinando aproximadamente la mitad de sus gastos a la compra de alimentos y bebidas, y casi un tercio al transporte y a los regalos. Un aspecto destacado es que una cuarta parte del gasto total está siendo destinada a la caridad, con más de la mitad de la población afirmando que están haciendo un esfuerzo mayor por donar durante este mes.

La consultora HLB está estimando que el consumo de alimentos durante el Ramadán representa el 15% del gasto anual en alimentación, a pesar de ser el mes del ayuno. Las dos comidas principales, el iftar (ruptura del ayuno) y el suhur (antes del alba), están siendo momentos clave para el consumo. En el iftar, la mayoría de los egipcios están comenzando con dátiles y aperitivos, seguidos de una variedad de platos principales. Según TGM, los cinco esenciales son verduras rellenas, empanadillas, pollo, macarrones al horno y kunafa, un pastel tradicional.

El impacto de la crisis económica

Sin embargo, la ilusión del Ramadán en Egipto se está viendo empañada por la profunda crisis económica que está afectando al país. La inflación, aunque se redujo al 13% en febrero, sigue siendo un desafío, especialmente para la clase baja y media. Para mitigar el impacto, el gobierno está abriendo mercados con productos a precios más asequibles y ha aumentado el salario mínimo, aunque este sigue siendo bajo (Español, 2025).

«La crisis económica está influyendo en cómo los egipcios están viviendo el Ramadán, aunque el espíritu festivo y de consumo persiste», explica Español (2025).

Productividad y percepción laboral

El Ramadán también se está asociando a una menor productividad debido al ayuno y la reducción de horas de trabajo. HLB está estimando una caída de entre el 35% y el 50%. No obstante, la percepción de los egipcios es diferente, y la mayoría considera que su nivel de actividad y productividad se mantiene o incluso aumenta, posiblemente debido al sobreesfuerzo que están realizando (Español, 2025).

En conclusión, el Ramadán en Egipto se está mostrando como un mes de contrastes, donde la espiritualidad y el ayuno conviven con un aumento en el consumo y los desafíos económicos. La forma en que los egipcios están equilibrando estos elementos está reflejando la resiliencia y la complejidad de su sociedad.