Congreso pospone la votación de la reforma fiscal ante el bloqueo de los partidos
El Congreso ha aplazado hasta el próximo lunes la votación de la reforma fiscal, ante el bloqueo declarado por los partidos de izquierda y derecha. La reforma, que incluye medidas como la renovación del impuesto extraordinario a las energéticas, el fin del régimen fiscal especial de las socimis y la eliminación de la exención del IVA a los seguros sanitarios privados y a las viviendas turísticas, se ha convertido en el vehículo con el que el Gobierno quiere aprobar la reforma fiscal comprometida con Bruselas.
Impuesto a las energéticas, el punto de fricción
El punto de fricción más fuerte se encuentra en la no renovación del impuesto a las energéticas. Mientras que ERC, Bildu, Podemos y BNG quieren mantenerlo, Junts se niega a darle continuidad y el PNV solo lo apoyaría si se transfiriese al concierto vasco. Dentro del Gobierno, Sumar presiona para extenderlo, mientras que el PSOE acepta eliminarlo a cambio de sostener el bancario.
Otras propuestas controvertidas
También hay roces con otras propuestas como el fin del régimen fiscal especial de las socimis (las sociedades de inversión inmobiliaria) o la eliminación de la exención del IVA a los seguros sanitarios privados y a las viviendas turísticas. Sí parece que hay consenso en otras medidas como el aumento fiscal al diésel o a la inversión.
El Gobierno busca un mínimo común
Ante esta situación, el Gobierno ha decidido posponer la votación unos días para intentar cerrar un mínimo común que apoyen sus socios habituales y que serviría como punto de partida para el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. El desafío es mayúsculo dado el antagonismo ideológico que escenifican en materia fiscal el PNV y Junts, por un lado, y los partidos de izquierda, por el otro.
Presión de Bruselas
La presión aumenta, porque el quinto pago de los fondos europeos, de 7.200 millones de euros, depende en parte de esa reforma. Por eso, si el lunes no hay avances reales, es probable que la trasposición se vote sin enmiendas y que la reforma fiscal se intente sacar más adelante, negociando con Bruselas para no perder el desembolso.
El tiempo se acaba y España está obligada a aprobar antes de que termine el año la directiva europea que establece una tributación mínima del 15% a las multinacionales.