El presupuesto que se presentará el 30 de octubre enfrenta grandes desafíos para la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, quien debe lograr cuatros objetivos. El primero es ofrecer esperanza a su partido y al país de que se avecinan mejores tiempos, y el segundo es ofrecer la perspectiva de mejores servicios públicos. Sin embargo, esto no puede lograrse ignorando las limitaciones que enfrenta el Reino Unido, no solo las creadas por las promesas del Partido Laborista, sino también las creadas por las vulnerabilidades del país.
Crecimiento económico
El tercer objetivo es lograr un crecimiento económico creíble, pues sin él, pocas cosas funcionarán. El Presupuesto Verde 2024 del Instituto de Estudios Fiscales arroja luz sobre las cuestiones, pero el capítulo sobre la economía de Benjamin Nabarro, de Citi, es sorprendente. Señala que «la actividad económica del Reino Unido es un 36 % menor de lo que sería si creciera en línea con su tendencia de 1997-2008». A sus pares también les ha ido mal, pero no tanto: el déficit en la eurozona es de solo el 31 %, a pesar de su crisis financiera interna, y en Estados Unidos el déficit es del 24 %. Entre las últimas, destaca el problema de los «déficits gemelos»: tiene déficit fiscal y de cuenta corriente. Un mayor déficit fiscal probablemente cause déficits de cuenta corriente aún mayores y, por lo tanto, requiera una mayor entrada neta de ahorro extranjero. En resumen, la confianza de los extranjeros importa.
El PIB británico está muy por debajo incluso de su mala trayectoria de 2014-2019. El último promedio de diez años de crecimiento del PIB potencial por trabajador es cero, el más bajo en un siglo y medio, aparte del impacto a corto plazo del fin de la Primera Guerra Mundial y la gripe española. Sí, existe la posibilidad de mejoras a corto y mediano plazos, siempre que no haya más grandes conmociones negativas. En particular, la inflación está bajo control y es probable que la política monetaria se relaje. Pero a largo plazo, lo que el gobierno puede gastar depende casi en su totalidad de un mayor crecimiento de tendencia.
En una economía estancada, gastar más en algo significa gastar menos en otra cosa. La política de esas decisiones de suma cero es horrible. Esta es una de las principales razones por las que el último gobierno se volvió impopular.
Vulnerabilidades inmediatas
Al tratar de abordar la necesidad de acelerar el crecimiento y cumplir con las prioridades fiscales, Reeves también debe tener en cuenta las vulnerabilidades inmediatas, como las relaciones de deuda pública frente al PIB, que están cerca del 100 %, y las tasas de interés a largo plazo de los bonos del gobierno superiores al 4 %.
La confianza es impredecible. No depende de que se alcancen magnitudes particulares de déficit y deuda, sino de que el gobierno parezca tener un plan creíble y el país tenga una política estable. En este aspecto también hay algunas realidades dolorosas. Además de depender de una entrada de ahorros extranjeros, el Reino Unido no posee una moneda de reserva significativa: la gente no tiene por qué tener activos en libras esterlinas. Sin embargo, la capacidad de emitir deuda en la propia moneda es vital para la capacidad de manejar las crisis, como se ha demostrado con tanta frecuencia desde 2007.
Por desgracia, el comportamiento de los políticos británicos durante la última década no ha fortalecido la reputación de sentido común del gobierno.
Presupuesto multidimensional
Por estas razones, y las necesidades más fundamentales de crecimiento a largo plazo, el presupuesto tiene que ser multidimensional. Cualquier medida en la dirección de un mayor endeudamiento tiene que entrar en el contexto de planes a largo plazo de política fiscal y crecimiento económico. Esto requerirá una reforma fiscal.
Dadas las bajas tasas de inversión y ahorro y los riesgos creados por mayores déficits fiscales y externos, el gobierno necesita generar crecimiento que no dependa de una mayor inversión. Las posibilidades obvias son una relajación radical de los controles de planificación, una desregulación bien meditada y la promoción de la innovación.
Innovación y financiamiento
Esta última es importante, dado el pésimo desempeño en materia de productividad. La Agencia de Investigación e Invención Avanzada, promovida por Dominic Cummings, puede ayudar. El gobierno también necesita promover un financiamiento de la innovación que asuma riesgos.
El Reino Unido debe escapar de su trampa de bajo crecimiento. Por desgracia, las debilidades de la economía harán que la salida sea difícil. La prueba para Reeves no es cómo maneja las presiones inmediatas, sino si sabe cómo sacar a la economía de esta trampa. El futuro depende de esto.